La medida se puso en marcha despúés de una mala cosecha en 2016 tras la que comenzaron los robos
Algunos de estos terrenos estan considerados por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. Son viñedos de la región francesa de Borgoña, más concretamente de la localidad de Vosne Romanée. Los gendarmes patrullan día y noche por la zona para evitar robos y para concienciar a los agricultores de los riesgos. Las autoridades pusieron en marcha el plan en 2016, después de una mala cosecha tras la que hubo hurtos, que continuán de forma regular, según Vincent Gros, codirector de una finca. Además, son es difícil de detectar "porque no lo roban todo, sino 2 o 3 racimos cada 2 o 3 cepas y es muy difícil que se note".
Manuel Fernandes es una de los gendarmes que forma parate del Equipo de Vigilancia e Intervención y explica que los viticultores, se alegran de vernos, nos señalan desde lejos, nos paramos, hablamos con ellos. Tal vez también sea el atuendo. No vamos vestidos de azul, como gendarmes. Llevamos ropa caqui. Nos ven con unos ojos diferentes."
Durante la noche, los agentes permanecen ocultos, con las luces de los coches apagadas y con gafas de visión nocturna para poder pillar desprevenidos a los ladrones. Es la mejor forma de proteger la materia prima de uno de los vinos más caros de todo el mundo.