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¿Por qué algunos bolivianos ahora se oponen a la auditoría de la OEA sobre las elecciones?
Derechos de autor REUTERS/Kai Pfaffenbach
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¿Por qué algunos bolivianos ahora se oponen a la auditoría de la OEA sobre las elecciones?

Por Natalia Oelsner
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Cuando las denuncias de fraude comenzaron a surgir en las elecciones presidenciales del pasado 20 de octubre, ciudadanos de toda Bolivia salieron a exigir una segunda vuelta. Hoy, nueve días más tarde, la demanda de los mismos manifestantes ha dado un giro diferente: “¡Anulación, nueva elección!”.

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Cuando las denuncias de fraude comenzaron a surgir en las elecciones presidenciales del pasado 20 de octubre, ciudadanos de toda Bolivia salieron a exigir una segunda vuelta. Hoy, diez días más tarde, la demanda de los manifestantes ha dado un giro diferente: “¡Anulación, nueva elección!”.

La Organización de Estados Americanos (OEA) y el Gobierno han confirmado la auditoría “integral y vinculante” que se realizará al proceso electoral. El día de las elecciones, el conteo preliminar fue interrumpido sin ninguna explicación después de que los primeros resultados anunciaran una segunda vuelta con el 83,76% de las actas verificadas. Cuando se retomó la transmisión casi 23 horas más tarde, los resultados colocaban a Evo Morales como vencedor y descartaban el balotaje. Los observadores de la OEA  señalaron irregularidades y un cambio en la tendencia “difícil de justificar”.

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Desde entonces, las calles de Bolivia se han convertido en una zona de conflicto en la que dos ciudadanos ya han fallecido. La OEA, la Unión Europea (UE) y otros países han recomendado una segunda vuelta y el Gobierno ha invitado a la comunidad internacional a participar en una auditoría. El Ejecutivo asegura que, de probarse el fraude, irá a segunda vuelta. "Que se revisen todas las actas", afirmó.

El secretario general de la OEA Luis Almagro anunció que la comisión auditora estará conformada por 30 expertos y se basará en la verificación de cómputos (actas y papeletas), del proceso informático, del componente estadístico y proyecciones, y de la cadena de custodia. El canciller de Bolivia, Diego Pary, informó que el análisis del proceso iniciará este 31 de octubre. Los resultados tardarán entre 10 y 12 días en publicarse.

Tanto el candidato a la presidencia Carlos Mesa como otros líderes de la oposición han rechazado la auditoría, considerando que las condiciones se pactaron “unilateralmente” entre la OEA y el Gobierno y que no se consultó nada al país. Se exige la participación de “representantes de la sociedad civil en el proceso”, que se desconozcan los resultados, y que se convoque a nuevas elecciones.

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REUTERS/Danilo Balderrama
Una motocicleta arde en llamas durante una protesta en Cochabamba.REUTERS/Danilo Balderrama

¿Por qué algunos bolivianos rechazan la auditoría?

Una pérdida de credibilidad en las instituciones

La falta de confianza en las instituciones bolivianas, incluyendo en el Tribunal Supremo Electoral (TSE), ha ido creciendo en los últimos años. Los que se oponen a una segunda vuelta acusan al TSE de parcialidad y exigen un cambio de vocales. 

Esto encuentra su origen en 2016, cuando los resultados de un referéndum  se opusieron a la reelección de Evo Morales, quien lleva casi 14 años en el poder aunque la Constitución del país solo permite dos mandatos consecutivos. Guadalupe Peres-Cajías, investigadora de la Universidad Católica Boliviana, recuerda que pese a los resultados, el TSE avaló su candidatura a un cuarto mandato, alegando que era parte de sus derechos humanos.

Luis Almagro, ¿aliado o crítico de Evo Morales?

REUTERS/David Mercado

La ambigua posición del secretario de la OEA con respecto a la reelección del mandatario ha despertado inquietudes en la población. A pesar de que después del referéndum Luis Almagro sostuvo que el presidente "deberá respetar la decisión popular", en mayo de 2019 declaró:

“Decir que Evo Morales hoy no puede participar, eso sería absolutamente discriminatorio con los otros presidentes que han participado en procesos electorales sobre la base de un fallo judicial reconociendo la garantía de sus derechos humanos".
Luis Almagro
Secretario general de la OEA

Tras la controversia, Almagro aseguró que simplemente ha tomado una posición institucional respecto al tema:

“Mi posición sigue siendo la misma, la reelección no es un derecho humano, pero no tengo ningún instrumento institucional para oponerme a un dictamen, a un fallo de la Corte Suprema boliviana”
Luis Almagro
Secretario general de la OEA

Varias pruebas se habrían perdido

REUTERS/Ueslei Marcelino

Para Guadalupe Peres-Cajías, si la auditoría se hubiera definido con las primeras denuncias de irregularidades, posiblemente sí se hubiera aceptado. Ahora, diez días más tarde, señala que mucha de la evidencia puede haber desaparecido: “Había varias papeletas (falsas) que después se quemaron y se perdieron […] Hay mucho material que en estos días pudo haber sido modificado”.

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Los resultados legislativos se conservarían

Si en las circunstancias actuales se va balotaje, lo más probable es que solo el presidente y vicepresidente se jueguen sus puestos. El número de diputados y senadores de cada partido seguiría siendo el mismo.

Si no hay auditoría, ¿cuál es la manera de demostrar el fraude?

Para el analista Marcelo Arequipa la auditoría es la única manera “seria” de demostrar el fraude si lo hay. Peres-Cajías afirma al contrario que varias fuentes ya han comenzado a evidenciar las denuncias. La semana pasada por ejemplo, el ingeniero de sistemas Edgar Villegas presentó supuestas pruebas después de analizar millones de actas.

“Que se convoque a un tribunal independiente, que pueda trabajar desde comisiones independientes para que pueda evaluar el fraude y convocar a nuevas elecciones”, sugiere la investigadora.

REUTERS/Kai Pfaffenbach
Partidarios de Evo Morales arrastran a un muñeco que representa a Carlos Mesa durante una protesta en La Paz.REUTERS/Kai Pfaffenbach

¿Es posible que se convoque a nuevas elecciones?

De acuerdo con Marcelo Arequipa, la auditoría no solo abre las puertas a una segunda vuelta, sino también a nuevas elecciones si se encuentran delitos electorales, como por ejemplo la falsificación de actas. La segunda vuelta sería la solución solamente si se encuentran fallas en el procesamiento de la información que hubiesen podido influir en la diferencia de puntos entre el primer y el segundo candidato. 

Aunque la noción de auditoría no está presente en la ley boliviana, para el analista es una señal importante “de negociación y de conciliación” por parte del Gobierno. El Ejecutivo se estaría “jugando mucho a nivel internacional”, por lo que el resultado de la OEA sería determinante.

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En caso de convocarse nuevas elecciones, hay muchas cuestiones logísticas que deben ser resueltas como los participantes, el órgano electoral y la fecha. El politólogo Iván Arias explica que, considerando una nueva elección del TSE y una nueva votación en las urnas, el proceso duraría al menos cuatro meses. 

“En cuatro meses ya estamos en febrero de 2020. “¿Cómo hacemos para cumplir los plazos constitucionales que señalan que el 22 de enero acaba el mandato de Evo Morales?”, se pregunta. 

Para Guadalupe Peres-Cajías sin embargo, el delicado contexto y el involucramiento de actores internacionales podría agilizar el proceso.

REUTERS/Kai Pfaffenbach

“Auditoría sí, pero no así”

Iván Arias ha presentado un documento junto a otros expertos para proponer condiciones a esta auditoría. Afirma que los términos deben ser acordados entre todas las partes para evitar “susceptibilidad y desconfianza”.

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Entre los puntos centrales, recomienda que la auditoría no sea únicamente supervisada por la OEA, sino también por la UE y otros países. “Si el Gobierno trae sus expertos va a generar convulsiones”, explica.

La auditoría debería ser "integral" y analizar “el antes, el durante y el después” de las elecciones. Explica que este mecanismo permitiría probar el fraude en caso de que las pruebas hayan sido manipuladas.

“Esto es un sí pero no así, como el Gobierno quiere. Es un sí concertado bajo ciertas condiciones”, concluye.

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