Así funciona el proyecto que convertirá a Europa en líder de la vigilancia de las emisiones de CO2

Así funciona el proyecto que convertirá a Europa en líder de la vigilancia de las emisiones de CO2
Derechos de autor Copernicus ECMWF
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Por Rafael Cereceda
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En 2026 la agencia europea de observación terrestre Copernicus será capaz de diferenciar las emisiones de CO2 causadas por el hombre de las emisiones de la naturaleza. Así funcionará el proyecto.,

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El servicio de observación de la Tierra de la UE Copernicus, se convertirá en el líder mundial en la vigilancia de emisiones de CO2, crucial para cumplir con los acuerdos de París y Madrid y hacer frente a la crisis del cambio climático. La ambiciosa misión Sentinel 7 se pondrá en marcha en 2026.

El proyecto estaba en boca de todos durante la Semana Europea del Espacio celebrada en Helsinki a principios de diciembre: la misión europea de monitoreo del CO2 será la primera capaz de medir las emisiones antropogénicas -de la actividad humana- diferenciándolas de las emisiones del ciclo natural del carbono (que representan la gran mayoría de este gas causante del efecto invernadero).

Florence Rabier, Directora General del Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas de Medio Alcance (ECMWF), explicó durante la reunión que los científicos necesitan mediciones más precisas.

Actualmente, el Servicio de Vigilancia de la Atmósfera Copernicus ECMWF es capaz de medir y predecir la concentración de CO2 en la atmósfera. Los EE.UU., China o Japón tienen capacidades similares, pero con la nueva misión la agencia europea -que ya es líder en observación de la Tierra- podrá monitorear no sólo la concentración en la atmósfera sino también las fuentes de emisiones.

 Para comprender las claves de este proyecto histórico, euronews ha entrevistado a Hugo Zunker, responsable de políticas de la Comisión Europea a cargo de Copernicus y a Bernard Pinty, responsable científico.

¿Cómo es posible medir por separado el CO2 producido por el hombre y el natural?

"El ciclo natural del carbono es bastante conocido, aunque tenemos que mejorar nuestros conocimiento. Pero la nueva tecnología y los nuevos modelos tendrán una precisión tal que podrán detectar las "plumas" de CO2 emitidas por las ciudades, e incluso los grandes centros de contaminación como las centrales eléctricas", dice Bernard Pinty.

"Está al borde de lo que es posible con la tecnología actual", afirma Hugo Zunker. "Es EL gran desafío del proyecto".

La Agencia Espacial Europea ya está trabajando en la creación de estos satélites de alto rendimiento. La misión Sentinel 7 tendrá dos o tres satélites, dependiendo de las discusiones en curso sobre el presupuesto.

Las claves: tecnología punta y cooperación internacional

Los satélites tomarán datos de bandas de 200 km. de todo el planeta cada tres días, con una resolución de 2x2 kilómetros. Es decir, los datos permitirán diferenciar fuentes de gases muy próximas entre sí y con un detalle nunca visto hasta ahora.

Pero la clave del éxito del proyecto es la cooperación. "Sería imposible construir esto en tan poco tiempo", dice Zunker. Entre los implicados, agencias de la UE (Copernicus, ESA, ECMWF, EUMETSAT) y servicios espaciales y meteorológicos internacionales como la NOAA de los Estados Unidos, la Organización Meteorológica Mundial...

La UE también ha establecido un consorcio de 20 organizaciones europeas que trabajan en el proyecto llamado Proyecto de Emisiones Humanas de CO2.

Además de los datos satelitales, el sistema se combinará con mediciones "in situ" para corroborar y/o completar los vacíos de la observación por satélite. Construir la red de agencias y acuerdos para recolectar los datos es uno de los grandes desafíos, además del tecnológico.

La enorme cantidad de datos será procesada por los servicios de EUMETSAT y los expertos del ECMWF le darán sentido gracias a los modelos informáticos y matemáticos más avanzados.

"Esperamos que funcione como un servicio de pronóstico del tiempo", dice Zunker.

¿Por qué es necesario?

El CO2 es un gas "escurridizo". El CO2 natural y el emitido por el hombre se mezclan rápidamente en la atmósfera, por lo que se necesitaba un sistema para medirlo en la fuente. También hay lagunas en el conocimiento de la circulación de dióxido de carbono en la atmósfera y los efectos del CO2 emitido por la actividad humana en el ciclo natural del carbono.

No obstante, la nueva misión Sentinel 7 también podrá medir el metano, el segundo gas causante del efecto invernadero, o el dióxido de nitrógeno.

Los acuerdos internacionales sobre cambio climático -desde las diferentes reuniones de la COP hasta el Green Deal de la UE que aspira a la neutralidad de emisiones- incluyen políticas de transparencia de emisiones.

El futuro programa no sólo ayudará a vigilar cómo ´los países cumplen -o no- con la reducción de emisiones, también a detectar anomalías: "ayudará a activar las alarmas", dice Zunker, permitiendo a las autoridades identificar y corregir los puntos negros.

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¿Cuándo estará en funcionamiento?

El programa está previsto para 2026. "La fecha es muy importante porque queremos que sea plenamente operativa para el balance de 2028 incluido en el Acuerdo de París", dice Zunker. El balance es cuando es cuando los países tienen que dar a conocer el progreso de sus esfuerzos para reducir las emisiones. El primer inventario está previsto para 2023 y el segundo para 2028. Si todo sale según lo previsto estará basado en los datos del nuevo sistema de medición de CO2.

¿Cuánto costará?

El proyecto está un paso más cerca de convertirse en realidad después de que la reunión ministerial de la Agencia Espacial Europea haya aprobado el presupuesto más generoso de su historia, con 14.400 millones de euros para el período 2021-2027, de los cuales aproximadamente 2.000 millones de euros son para el programa de seguimiento de la Tierra de Copérnico.

Aún están pendientes los 16.000 millones de euros adicionales propuestos por la Comisión de la UE, que aún no han sido aprobados por los Estados miembros y el Parlamento de la UE.

El nuevo proyecto de medición de CO2 costará aproximadamente 1.000 millones de euros. Más de la mitad de este presupuesto se necesita sólo para construir los satélites.

Mauro Facchini, jefe de unidad de la Comisión de la UE, resumió recientemente a euronews: "El espacio no es sólo para los geeks del espacio, es realmente para nuestros ciudadanos y para nuestro planeta.

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"Copernicus ya es reconocido como probablemente la referencia en el mundo. Con Copernicus podemos observar la situación en tierra, en los océanos, la calidad del aire frente a las catástrofes.... y nuestra ambición es tener una nueva observación de CO2 y por eso estamos cooperando con la ESA para desarrollar nuevos satélites que sean capaces de mostrar las emisiones antropogénicas de CO2".

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