Brillante estratega, estableció unidades paramilitares fuera de Irán para ganar peso en toda la región.
En su autobiografía, Qasem Soleimani escribió que con 13 años tuvo que ponerse a trabajar para ayudar a pagar las deudas de su padre, durante el régimen del Sha. Este fue el germen de un odio que lo empujó a los brazos de los Guardianes de la Revolución, donde fue ascendió rápidamente.
Destacado estratega, estableció unidades paramilitares especializadas en el extranjero, tanto con Fuerza Quds como más recientemente con las Fuerzas de Movilización Popular de Irak. En cuestión de pocos años, sus decisiones hicieron ganar protagonismo a Irán en toda la región a la vez que dañaban las estrategias y operaciones Estadounidenses. Era para muchos el autentico líder de Irán.
"Definitivamente fue el líder más significativo e importante de Irán, no sólo en las últimas cuatro décadas, sino probablemente en muchas más, si no en siglos", explica el analista de International Crisis Group, Ali Vaez. "Es el hombre que extendió la influencia de Irán mucho más allá de sus fronteras al desarrollar lo que los iraníes llamaron una 'política de defensa de vanguardia', que se basa en reclutar partidos y apoderados lejos de las fronteras de Irán para disuadir los ataques directos en suelo iraní. Él es el cerebro de todo esto. Es el que desarrolló profundas conexiones y redes en toda la región, desde el Líbano hasta Irak, pasando por Siria, el Yemen y Afganistán".
Con su muerte arranca una nueva era, con el ayatolá Ali Jamenei prometiendo venganza para un hombre que en su día llegó a advertir a Trump de que "Estados comenzaría una guerra que Irán terminaría".