Washington aprueba la declaración de emergencia para Puerto Rico tras el terremoto de este martes que ha dejado un fallecido y a miles de personas si hogar en el suroeste de la isla.
Puerto Rico trata de reponerse, poco a poco, del terremoto de magnitud 6,4 que el pasado martes sacudió el suroeste de la isla caribeña.
Los pequeños municipios de Guánica y Guayanilla presentan un paranorama desolador. Miles de personas han tenido que abandonar sus hogares y esperan actualmente en refugios improvisados. La mayoría de las viviendas colapsaron parcialmente al ceder las finas columnas sobre las que se levantaban, un tipo de construcción común en áreas de rentas bajas que no resistió la magnitud del temblor.
"Estaba comiendo cuando todo se puso a temblar, fue muy fuerte", explicaba una refugiada. "Llamé rápidamente a mi hija, que vive en Nueva York, y en ese momento llegó otro temblor".
La mayoría de la isla ha recuperado ya la electricidad, pero no estos pequeños municipios. Y es que el temblor, considerado el más potente de la historia reciente de Puerto Rico, causó daños importantes en las plantas EcoEléctrica y Costa Sur, lo que provocó la caída de todo el sistema de generación. Un apagón que, sin duda, fue la consecuencia más destacada del terremoto, además de la muerte de un hombre al que aplastó un muro en su vivienda.
Washington ya ha puesto en marcha un programa de ayuda para su territorio no incorporado tras declararse el Estado de Emergencia en una isla rodeada de fallas geológicas y tristemente acostumbrada a los terremotos.