Níger ha sufrido el peor ataque yihadista de su historia horas antes de que comience este lunes en Francia la cumbre del G5 del Sahel. La refriega, cerca de la frontera con Mali, dejó 89 muertos en las filas del Ejército de Níger y 77 en la de los insurgentes.
PUBLICIDADNíger ha sufrido el peor ataque yihadista de su historia horas antes de que comience este lunes en Francia la cumbre del G5 del Sahel. La refriega, cerca de la frontera con Mali, dejó 89 muertos en las filas del Ejército de Níger y 77 en la de los insurgentes. Este sangriento episodio pone de manifiesto la vulnerabilidad de los militares de la región para hacer frente al terrorismo en un momento en el que París exige a sus Gobiernos un apoyo sin fisuras a la misión antiterrorista que allí llevan a cabo más de 4.000 soldados franceses.
La llamada operación Barkhane comenzó hace una década, pero Al Qaeda y el grupo Estado Islámico siguen allí. Blanco de crecientes críticas y manifestaciones de protesta en varias excolonias del Sahel, Francia quiere relegitimar su presencia con una declaración tajante de los mandatarios que hoy se reúnen con Macron en la ciudad de Pau, en el suroeste del país.
Ya el pasado mes de diciembre, los líderes del G5 del Sahel convocaron una cumbre de emergencia para revisar su estrategia tras la muerte de 71 soldados de Níger que cayeron en una emboscada cerca de la frontera con Mali. Por su parte, París siempre ha mostrado su apoyo a la misión.
"Ustedes han debilitado profundamente a estos grupos islamistas radicales que reclutan, esclavizan, siembran el terror y el crimen. Estén orgullosos de estos éxitos", decía el presidente francés a las tropas desplegadas en Chad en diciembre de 2018.
Pero el presidente francés tampoco ha escondido su frustración por el coste humano y económico de la misión. El pasado mes de mayo, encabezó el duelo nacional por la muerte de dos soldados de las Fuerzas Especiales mientras intentaban liberar a varios rehenes en Burkina Faso. Un revés que se suma a la muerte de 13 militares a finales del pasado mes de noviembre al estrellarse su helicóptero durante una operación en Mali y que no ha mermado el apoyo del Elíseo a una misión cuyos efectos se notan a miles de kilómetros de distancia:
"La estrategia que he definido para el Sahel es una estrategia global en la que la acción militar acompaña a una fuerte acción política y diplomática, y a un proyecto de desarrollo técnico, económico y educativo... Dondequiera que luchemos contra este terrorismo, protegemos a los nuestros", afirmaba Macron hace unos meses.