El Gobierno del ultraconservador Sebastian Kurz ha conseguido separar durante unas horas al día a los niños migrantes del resto de sus compañeros con el objetivo de aprender alemán. Argumenta que así aprenden a su ritmo sin retrasar a los demás.
Son las clases gueto de Austria, según las llaman sus críticos.El Gobierno del ultraconservador Sebastian Kurz ha conseguido separar durante unas horas al día a los niños migrantes del resto de sus compañeros con el objetivo de aprender alemán. Argumenta que así aprenden a su ritmo sin retrasar a los demás.
"La parte negativa es que los niños son apartados de la clase, porque vienen aquí y luego regresan a su clase donde están perdidos. Están divididos en dos grupos y no es lo ideal, sobre todo al principio de la escuela, cuando ya es difícil para un niño socializar", señala una de las profesoras de las clases separadas, Katrin Baminguer.
La medida ha sido duramente criticada por la oposición que ha criticado que ahora se ignoren los efectos negativos por razones ideológicas. El sindicatos de docentes también ha cuestionado que se haya tomado esta medida sin siquiera preguntarles.