Tras la emergencia sanitaria, llega la emergencia económica a Europa. Muchos pequeños negocios no podrán sobrevivir con las medidas impuestas para limitar los contagios durante la desescalada.
Tras la crisis sanitaria llega la crisis económica a Europa.
Se levantan las medidas de confinamiento, pero como sucede en Italia, la apertura con restricciones de bares y restaurantes hace imposible la supervivencia de muchos negocios, si no reciben incentivos fiscales. En este país, los clientes no podrán sentarse en los establecimientos hasta el 1 de junio. En las ruinas de Pompeya se ultiman las medidas de seguridad antes de la reapertura. En Florencia, sin turistas, las tiendas prefieren esperar tiempos mejores.
En Francia, el primer ministro Édouard Philippe presentará este jueves los últimos detalles para la primera fase del desconfinamiento que se inicia la semana que viene. Sabemos que la bicicleta será el medio de transporte más recomendado, aunque también se preparan las flotas de autobuses interurbanos.
"Ponemos un cartel en todos los cinturones, se ocupará una plaza de cada dos para respetar la distancia. Además informamos a todos nuestros pasajeros de los gestos de protección y del uso obligatorio de mascarillas en nuestros vehículos", comenta el director de Citram autobuses Aquitania, Nicolas Raud.
En Bélgica, las tiendas reabrirán al público el lunes, con la distancia social como medida fundamental. Un día antes, desde el domingo los belgas estarán autorizados a recibir en casa a un máximo de cuatro personas, amigos o familiares.
En España, el desconfinamiento está en el epicentro del debate político. El presidente del Gobierno, el socialista Pedro Sánchez, ha conseguido los apoyos suficientes para aprobar la cuarta prórroga del estado de alarma que seguirá vigente hasta el 24 de mayo.
Sin embargo, tanto la oposición como los partidos que han apoyado la prórroga piden que ceda mayor protagonismo a las regiones para gestionar la desescalada.