El icónico Salón Los Ángeles está en bancarrota y las familias recurren al empeño de joyas para sobrevivir. A pesar del nuevo récord de contagios, la Iglesia Católica reabrirá sus templos
Se han cumplido ya cuatro meses desde la primera muerte por COVID19 en México y el balance de la pandemia en el país deja casi 340.000 infectados y 38.000 fallecidos con un nuevo récord diario de contagios el sábado.
Pero lo que más preocupa ahora son las consecuencias económicas. En un acto de homeaje a las víctimas, el presidente López Obrador ha prometido créditos, pensiones y becas para las familias afectadas.
La venta y el empeño de joyas ha sido una salida para algunos como Valeria. La pandemia la dejó en paro tras tener que cerrar su tienda. "También mis papas no estan trabajando y pues me las dieron para que de una o de otra manera solventamos todos nuestros gastos", cuenta la joven.
El icónico Salón Los Ángeles, en bancarrota
La crisis económica se está llevando por delante decenas de negocios, algunos icónicos como el Salón Los Ángeles, de Ciudad de México.
Allí bailaron Cantinflas y Diego Rivera, brindaron Trotsky y grandes literatos, y la guerrilla zapatista discutió su desarme. A punto de cumplir 83 años, su música se apagó el 22 de marzo y, al borde de la bancarrota, corre el riesgo de no volver a abrir las puertas. Miguel Nieto, director del Salon Los Angeles, explica que "la pandemia vino a detonar totalmente el hecho de no poder continuar por estar cerrados, entonces, ningún proyecto puede avanzar si no puede generar ingresos".
"No queremos que esto muera, porque esta es nuestra casa, esta es nuestra vida, y el poco tiempo que yo tenga quiero continuar bailando", dice el bailarín Carlos Bueno.
La que sí está preparada para reabrir es la Iglesia Católica mexicana, aunque solo al 25 % de su capacidad. Confinados desde el 23 de marzo, los mexicanos, una población mayoritariamente católica, podrán volver a los templos respetando las medidas de seguridad.