85 personas murieron y 200 resultaron heridas tras estallar una bomba en la sala de espera de la estación central de Bolonia. Aún está por aclarar quién dio la orden.
Políticos, autoridades y ciudadanos arroparon este domingo a los familiares de las víctimas de la masacre de Bolonia, en el 40 aniversario de esta tragedia.
Sergio Mattarella, que visitaba el lugar el pasado jueves, instaba este domingo a través de una nota a "reafirmar la necesidad de una verdad y una justicia plenas y de un trabajo incansable para defender los principios de la libertad y la democracia".
El primer ministro Giuseppe Conte, por su parte, aseguraba a través de su cuenta de Twitter estar "al lado de los familiares, de los que creen en el Estado y de los magistrados empeñados en rasgar definitivamente el velo que nos separa de la verdad. Se lo debemos a las 85 víctimas inocentes, nos lo debemos a nosotros mismos", escribía Conte. Y es que este caso sigue sin estar del todo aclarado.
85 personas murieron entonces y otras 200 resultaron heridas en el atentado terrorista más importante de la historia italiana desde la Segunda Guerra Mundial, durante los llamados "años de plomo". Sucedía el dos de agosto de 1980, cuando militantes de Los Nucleos Armados Revolucionarios hicieron volar la sala de espera de la estación central de Bolonia.
Valerio Fioravanti, Francesca Mambro y Luigi Ciavardini fueron condenados por lo sucedido, si bien recientemente quedó probada la participación en los hechos de la logia masónica Propaganda Due. A día de hoy, sigue sin estar claro quién ordenó este importante capítulo de la historia negra italiana.