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Entre el pánico y la tristeza el testimonio de un español en Beirut

Hassan Ammar
Hassan Ammar Derechos de autor Copyright 2020 The Associated Press. All rights reserved.
Derechos de autor Copyright 2020 The Associated Press. All rights reserved.
Por Laura Llach
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Hablamos con Dani Giménez, entrenador del equipo de fútbol Al Ahed, en Beirut: "El momento más impactante fue cuando vi a un hombre sin piernas desangr´andose"

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Son cerca de las seis de la tarde en Beirut y de repente una explosión sacude la capital libanesa. Las imágenes que llegan resultan escalofriantes. Su onda expansiva se pudo a sentir a kilómetros de distancia.

Un día que para Dani Giménez empezó con ilusión, siendo su primera jornada como entrenador del Al Ahed, el segundo equipo de fútbol más importante del país. En medio del entrenamiento llegó la fuerte sacudida.

"La explosión fue tan grande que incluso estando a ocho kilómetro de distancia tuvimos la sensación de que estaba pasando al lado. Cuando llamé a mi mujer, que se encontraba en casa, me dijo exactamente lo mismo. Ella también la había notado cerca, aunque en realidad había sucedido en el puerto", cuenta el entrenador a Euronews.

Momento de incertidumbre en el que pensó que estaban atacando el país. El recuerdo del suceso se encuentra dividido en flashes.

"El estallido, el movimiento del susto o de la onda expansiva, el pitido y las molestias en los oídos que duraron las tres horas que tardé en llegar a casa, dolor de cabeza y paralizarme unos segundos pensado en lo que estaba pasando. Hasta que reaccioné y empecé a correr".

Sale corriendo del campo hacia su casa con lo puesto. Mientras recorre las calles devastadas en su coche llega la peor parte.

"Cuanto más me iba acercando al centro de la ciudad más cristales rotos y edificios devastados veía. Ya se complicó más la cosa cuando empecé a ver cristales clavados en la cara de la gente que estaba dentro de los coches, gente desangrándose por la calle... El momento más impactante fue cuando vi un coche que llevaba en el capó un hombre sin piernas y desangrándose. Fue realmente duro", narra Giménez.

Una situación difícil de gestionar para la capital por la saturación que sufren los hospitales ya sobrecargados debido a la pandemia de coronavirus.

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