Serbia se ha comprometido a construir nuevas plantas de tratamiento de aguas residuales, pero es dudoso que estén en funcionamiento a tiempo para que el país se una al bloque en 2025, como tiene previsto. Mientras tanto, el río presenta altos niveles de contaminación.
Serbia está luchando por cumplir los objetivos de contaminación como parte de sus ambiciones de ingresar a la Unión Europea. Sin embargo, Belgrado no deja de verter sus aguas residuales directamente en el Danubio.
El rio, famoso por el célebre vals de Johann Strauss, presenta importantes signos de contaminación. Los serbios exigen al gobierno el cese de estas actividades.
"Hemos destruido todos nuestros ríos, y también destruiremos éste. El Danubio es un río muy potente que podía soportar la contaminación, pero ya no puede hacerlo más. Solía tener una costa y su caudal, ahora ya no queda nada de eso. Tiene ahora 3 metros de profundidad cuando solía tener 20 metros", dice Mladen Jovic, pescador de la zona.
El país se ha comprometido a construir nuevas plantas de tratamiento de aguas residuales, pero es dudoso que estén en funcionamiento a tiempo para que Serbia se una al bloque en 2025, como tiene previsto.