Un tunecino, de 21 años, mató con un cuchillo a tres personas en una iglesia católica.
Francia reúne este viernes un nuevo consejo de defensa, tras el atentado islamista en Niza.
"Escuchamos disparos. Y luego supimos que hizo cosas horribles a la gente...", cuenta un joven.
Un tunecino, de 21 años, que había entrado en Europa de manera iregular por la isla de Lampedusa, hace solo unas semanas, mató a tres personas con un cuchillo en la iglesia de Notre Dame de Niza: dos mujeres y un hombre. Durante su detención, en la que resultó herido, le escucharon gritar "Alá es grande".
En la iglesia, la policía halló una bolsa con sus pertenencias, entre otras cosas un Corán y otros dos cuchillos, además del de 30 centímetros que usó en el ataque.
La Fiscalía antiterrorista se ocupa de la investigación.
Llamamiento a la unidad
Desde Niza, el presidente francés, Emmanuel Macron, prometió que Francia no cederá en sus valores fundamentales y lanzó un llamamiento a la unidad:
"En Francia solo hay una comunidad, la comunidad nacional. Quiero decir a todos nuestros conciudadanos, sea cual sea su religión, sea creyente o no, que debemos unirnos en este momento y no ceder nada al espíritu de división".
"Mientras Emmanuel Macron hablaba de la unidad nacional ante la amenaza del terrorismo, los vecinos de la ciudad de Niza, especialmente entre la comunidad católica, hablaban de ira y de la esperanza de que el Gobierno haga más para protegerlos", explica Anelise Borges. corresponsal internacional de Euronews.
"Mi primera reacción es la ira, porque cuando sabemos que va a haber un drama, es mejor intentar evitarlo en lugar de discutir después sobre el drama que se avecina. Hacía unos días que sabíamos que había riesgos de atentado a causa de Francia, de Erdogan, de Al Qaeda, que había lanzado una fatwa sobre Francia... Hay que dejar de pensar que todo el mundo es bueno. No es cierto", dice Gil Florini, sacerdote de Saint-Pierre d'Arène.
Nivel máximo de alerta terrorista
Desde ayer, Francia está en el nivel máximo de alerta terrorista. El ataque de Niza se produce solo dos semanas después de que el profesor Samuel Paty fuera decapitado, cerca de París, tras mostrar en clase caricaturas de Mahoma para hablar de la libertad de expresión.
La Operación Centinela, en marcha desde los atentados de 2015, eleva el número de militares desplegados de 3.000 a 7.000, con especial vigilancia en los lugares de culto y las escuelas.