Rozan el siglo de vida, nacieron en la década de 1920 durante - o en los años sucesivos - al desenlace de otra pandemia, y en diciembre de 2020 se han convertido en el centro de todos los objetivos por ser la imagen de la esperanza.
Se trata de los ancianos que han sido los primeros en recibir la vacuna del coronavirus en diferentes países de Europa, como el belga Jos Hermans, de 96 años de edad. A las puertas de la residencia de mayores en la que vive, en Puurs, Bélgica, se agolpaga esta mañana una aglomeración de fotógrafos y periodistas. El objetivo era inmortalizarlo antes, después y mientras recibía la vacuna contra el coronavirus.
La vacuna, desarrollada por la biotecnológica alemana BioNTech y la farmacéutica Pfizer, llegó desde un hospital en Lovaina a las residencias de ancianos este lunes, puesto que Bélgica, como otros países europeos empieza su campaña de vacunación con los más vulnerables.
Sentado en una silla de ruedas, Hermans saluda primero a los fotógrafos a través del cristal de la puerta de la residencia, después recibe con semblante tranquilo la inyección, y finalmente vuelve a dirigirse a los fotógrafos que lo inmortalizan alzando el dedo pulgar en señal de triunfo.
Una imagen de satisfacción que se está repitiendo en toda Europa, como la de Josefa Pérez, de 89 años, que aplaude tras recibir la vacuna en una residencia de mayores de l'Hospitalet de Llobregat, en Barcelona, España.
Un gesto de optimismo de aquellos que nacieron al final de una pandemia y han sido los encargados de abrir el camino para terminar otra, un centenar de años más tarde.