Austria combate la expasión de la cepa sudafricana con controles en las fronteras, restricciones de movilidad y una PCR negativa para entrar en el país.
La variante sudafricana del coronavirus amenaza a Austria. El Gobierno está tomando medidas cada vez más estrictas para frenar la expansión del virus: controles fronterizos, restricciones de movilidad y una PCR negativa para entrar en Austria, incluso para aquellos que cruzan la frontera diariamente para trabajar. En el límite entre Hungría y Austria, todos y cada uno de los vehículos están siendo revisados. ¿El resultado? Atascos kilométricos para pasar de un país a otro.
Las soluciones para agilizar los controles son limitadas: "Hoy hemos comprobado a la vez los tres carriles, así reducimos la posibilidad de atascos", explica un inspector de policía.
Tirol del Norte se convertirá próximamente en una zona restringida debido a la rápida expansión de la nueva variante y solo se podrá abandonar la región con una PCR negativa. Hasta el momento, se han detectado 430 casos de esta nueva mutación. Quienes incumplan las normas afrontarán multas de hasta 1.450 euros.
Sebastian Kurz, canciller de Austria, confiesa su preocupación por la nueva cepa: "El brote de la variante sudafricana en el Tirol es el más grande conocido actualmente en la Unión Europea. Desde el Gobierno queremos combatirlo, no solamente en el Tirol, sino también en toda Austria".
Una de las principales preocupaciones del Gobierno es que la vacuna de AstraZeneca muestra una muy baja efectividad contra la nueva variante, y casi la mitad de las dosis que recibirá el país hasta verano provienen de esta farmacéutica.
Austria está combatiendo la difusión de la nueva cepa con una de las operaciones policiales más amplias de los últimos años, aunque probablemente ya sea tarde para retener completamente el virus: se han descubierto varios casos de pacientes con la variante en otras regiones del país.