La presión internacional aumenta sobre Lukashenko mientras la oposición pide ir más allá

Alexander Lukashenko ve como la presión internacional hacia su persona y su Gobierno aumenta con el paso de las horas tras el polémico aterrizaje forzado en Minsk de un vuelo de Ryanair, que concluyó con las detenciones del opositor bielorruso Román Protasevich y su acompañante Sofia Sapega. A la decisión de varias aerolíneas, tras la recomendación de Bruselas, de no sobrevolar desde ahora espacio aéreo bielorruso, se suma también la prohibición a los aviones de este país de sobrevolar espacio aéreo comunitario**,** medida a la que suman también Reino Unido y Ucrania.
La oposición liderada por la exiliada Svetlana Tijanóvskaya pedía este martes a la comunidad internacional un paso más en su implicación frente al régimen de Bielorrusia, recordando, como se pudo ver el domingo, que no solo los ciudadanos de este país están en peligro:
"La suspensión de los vuelos sobre Bielorrusia no resuelve el verdadero problema", recordaba Tijanóvskaya. "El problema es el régimen terrorista que amañó las elecciones el año pasado, que viola regularmente la Constitución y que incumple el derecho internacional. El régimen de Lukashenko es una amenaza para la seguridad regional y europea. La única solución a esta crisis es llevar a cabo elecciones libres y justas y reformas democráticas", insistía la opositora.
Una conversación reveladora
Poco a poco se van resolviendo algunos puntos. Este martes veía la luz la transcripción de la conversación entre el piloto del aparato y la torre de control de Minsk. En ella queda claro, tras la insistencia del comandante, que es Minsk y no Atenas ni Vilna la que recomienda aterrizar el avión en Bielorrusia. Todo ello tras asegurar al piloto que sus servicios especiales tenían la información de que había una bomba en el avión que podía ser activada desde Vilna, sin dar más detalles de dónde procedía dicha información.
Desde Rusia, siguen optando por la prudencia y acusan a la Unión Europea de estar tomando "decisiones precipitadas y muy costosas" con sus sanciones. Moscú sigue opinando que Minsk actuó adecuadamente teniendo en cuenta que había una amenaza de bomba. A través de su ministro de Exteriores Serguéi Lavrov, el Kremlin asegura estar totalmente a favor de llevar a cabo las investigaciones necesarias para llegar al fondo de un asunto que para la mayoría está bastante claro.
No es el caso de China, que como Rusia asegura que "los hechos aún no están claros", y que toca "actuar con moderación para evitar una escalada".
Mientras la batalla diplomática continúa, los arrestos a opositores se suceden en Bielorrusia. Siete activistas de este país fueron condenados este martes a penas de entre cuatro y siete años de prisión por su participación en los "disturbios masivos" de 2020, a saber, los movimientos de protesta contra los resultados de las elecciones, el verdadero detonante de toda esta crisis.