Una plaza en Varsovia se convirtió en el corazón de la oposición bielorrusa. Varias personas se congregaron para protestar contra el presidente Alexandr Lukashenko y su implacable cruzada contra los medios disidentes.
Una plaza en Varsovia se convirtió en el corazón de la oposición bielorrusa. Varias personas se congregaron para protestar contra el presidente Alexandr Lukashenko y su implacable cruzada contra los medios disidentes.
La madre del periodista Roman Protasevich, Natalia Protasevich, pidió más sanciones contra el régimen.
"Por la libertad de expresión de mi hijo, de Sofía y la de los otros que están en prisión. Quiero que Lukashenko recapacite. No me da vergüenza pedir a todos los países de la Unión Europea y a Estados Unidos que nos ayuden"
En Polonia, los jóvenes bielorrusos miran con angustia lo que ocurre en su país. Les consuela poder manifestarse en el extranjero, lejos de la brutal represión policial que sufren los que se oponen a Lukashenko.
"No tenemos la oportunidad de realizar este tipo de protestas en Bielorrusia. Así que mucha gente decidió salir a protestar en otros países y decir que todos vivimos en el mismo planeta, en la misma Europa", dijo un manifestante que prefirió no ser identificado.
Frente a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la gran aliada de Lukashenko, Rusia, condenó las sanciones impuestas por Occidente y pidió su rectificación.
"Decir desde el principio que se trata de un aterrizaje forzoso, condenarlo e introducir sanciones sin ninguna investigación; es un comportamiento absolutamente irresponsable", señaló el embajador ruso adjunto en la ONU, Dimitri Polyanski.
Alexandr Lukashenko viajó a Sochi para buscar el apoyo del presidente Vladímir Putin. Ya que tras la detención de Protasevich, la Unión Europea decidió cerrar su espacio aéreo a la república exsoviética, esto ha producido un efecto económico devastador que podría ser fulminante con la aprobación de las nuevas sanciones.