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Un huerto bajo el mar

Un huerto bajo el mar
Derechos de autor Ocean Reef Group 2021
Derechos de autor Ocean Reef Group 2021
Por Giorgia Orlandi
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Un italiano investiga los cultivos en agua salada, una solución para reducir los daños que provocan el cambio climático.

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En 2012, cuando Sergio Gamberini tuvo la idea de plantar albahaca bajo el agua en la costa de Liguria, muchos le tomaron por loco. Hoy, lo que parecía una idea de lo más descabellada, acapara la atención mundial.

Encontrar métodos de cultivo alternativos a largo plazo se considera la mejor respuesta a la crisis climática. De hecho, la agricultura tradicional ha agotado casi todos los recursos disponibles.

"Si seguimos explotando y reduciendo nuestras reservas forestales y nuestros pulmones verdes, el proceso de cambio climático se acelerará, provocando la subida del nivel del mar. Pero ahora podemos considerar nuestros océanos como un recurso que hay que proteger de forma sostenible y que podemos explorar al mismo tiempo como alternativa a la agricultura tradicional", explica Gamberini, director de marketing de Ocean Reef Group.

Repartidos en 6 pequeños invernaderos, llamados biosferas, la lechuga y las fresas son frutas y verduras que también se han cultivado aquí. Y hierbas aromáticas como el orégano e incluso semillas de tabaco figuran entre las últimas incorporaciones.

El mar proporciona de forma natural las temperaturas ideales para el crecimiento de las plantas, pero ¿cuál es el papel del agua?. Para Gamberini, "la ventaja no es sólo obtener una planta más potenciada, su sabor es aún más fuerte e intenso... sino que además es posible hacerlo dentro de un entorno totalmente protegido. Es un laboratorio y nada puede llegar a la planta a menos que se saque al exterior".

Por ahora, el jardín de Nemo es principalmente un laboratorio de investigación submarino, pero cada año hay nuevos hallazgos que pueden tener varios fines. Con el paso del tiempo, las biosferas también han atraído la atención de los buceadores que desean explorar este hábitat-

Pero, además, trabajar como "agricultor del mar" se está convirtiendo rápidamente en una profesión popular, con muchas candidatos para un puesto. Una buena noticia para un proyecto que pretende exportarse a otros lugares.

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