¿Cómo el racismo frenó la candidatura de un refugiado sirio al Bundestag en Alemania?

Tareq Alaows esperaba convertirse en el primer refugiado sirio elegido para el Parlamento alemán
Tareq Alaows esperaba convertirse en el primer refugiado sirio elegido para el Parlamento alemán Derechos de autor Copyright Euronews/Dave Braneck
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Euronews entrevista a Tareq Alaows cuya candidatura al Parlamento de Alemania pretendía ser histórica, pero que se vió frenada por el tremendo acoso racista que vivieron él y su entorno.

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Esperaba ser el primer refugiado sirio elegido para el Parlamento alemán. En cambio, un torrente de insultos y amenazas racistas le obligó a poner fin a su campaña en menos de dos meses.

Su experiencia ha dado lugar a la exigencia de una mayor protección para los candidatos de las minorías, al tiempo que ha contribuido a poner de manifiesto la profundidad del racismo y el sentimiento antirrefugiados entre algunos alemanes.

Alaows, que estudió Derecho en Siria, ha tenido que hacer frente a ataques racistas desde que comenzó a organizarse políticamente entre sus compañeros refugiados poco después de su llegada a Alemania, hace seis años.

"Me lo esperaba antes de la campaña, pero nunca había experimentado nada a este nivel", ha explicado a Euronews.

"Cuando anuncié mi candidatura, cualquier cuenta de redes sociales o dirección de correo electrónico asociada a mí, incluso las cuentas de trabajo, fueron inmediatamente inundadas con amenazas y abusos".

Según Alaows, los ataques online reflejan el carácter altamente organizado de la extrema derecha alemana.

Los mensajes llegaban en oleadas coordinadas varias veces al día, en cantidades tan abrumadoras que la campaña tenía personal dedicado exclusivamente a documentar y borrar los comentarios racistas.

Aunque a menudo es difícil saber hasta qué punto hay que tomarse en serio las amenazas en línea, un incidente en el metro de Berlín dejó claro que éstas no podían atribuirse simplemente a un troleo.

"Fui abordado y amenazado por alguien en el U-Bahn. No sabía si me iba a agredir físicamente o si iba a seguir gritándome hasta que me bajara en la salida más cercana. Fue el minuto y medio más largo de mi vida".

Alaows no fue el único en sufrir el desprecio. Su personal de campaña y su familia también fueron amenazados, lo que finalmente le empujó a tomar la difícil decisión de detener la campaña.

"Llegó  a un punto en el que no podía garantizar mi propia seguridad. O la seguridad de los que me rodean. Y eso es una gran responsabilidad", dijo Alaows.

El legado de la "cultura de la bienvenida" puesto a prueba

En 2015, Alemania fue noticia a nivel internacional por su "cultura de la bienvenida" a los refugiados. Más de 1,2 millones de refugiados solicitaron asilo en Alemania solo en 2015 y 2016.

Seis años más tarde, la respuesta venenosa a la candidatura de Alaows por parte de algunos sectores de la sociedad alemana significa que el país podría no ser tan acogedor como se presentaba.

El Gobierno alemán ha informado de un aumento de los extremistas de extrema derecha, mientras que nueve personas fueron asesinadas en el mayor ataque de motivación racial en la Alemania de posguerra durante en el atentado terrorista del año pasado en Hanau.

Alaows, de 32 años, fue uno de los cientos de miles de sirios que huyeron a Alemania en 2015. No ha olvidado el apoyo y la protección que recibió tras llegar de un agotador viaje de meses por la ruta de los Balcanes.

"La 'cultura de la bienvenida' fue una realidad. Y todavía hoy veo esta cultura de acogida de la sociedad", dijo, pasando a mencionar las muchas ciudades de Alemania que se han comprometido a estar dispuestas a acoger a más refugiados de los que exige la política alemana y de la UE.

Para Alaows, el mayor reto al que se enfrentan los refugiados en Alemania no es local. "El problema es a nivel nacional. La legislación federal dificulta (la aceptación de refugiados) o la bloquea por completo".

Durante su estancia en el país, Alemania no ha hecho más que endurecer sus leyes de asilo. Los políticos, incluidos los de la CDU, de centro-derecha, y el SPD, de centro-izquierda, están debatiendo actualmente endurecer aún más la política de refugiados y deportar a los solicitantes de asilo de Afganistán y Siria que cometan delitos en Alemania.

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Esto forma parte de lo que Alaows considera un modelo más amplio de racismo estructural que es especialmente duro con los refugiados.

"A menudo se olvida que la integración tiene un doble camino", dijo. "Existe la responsabilidad de facilitar al máximo que la gente llegue realmente y se integre en la sociedad... pero también hay que hacer leyes que lo fomenten. Lo cual no suele ser el caso. Los refugiados llegan aquí y viven en albergues sin perspectivas, sin una vía clara de asilo, y teniendo que temer ser deportados en cualquier momento".

Alaows argumenta que esta discriminación estructural está relacionada con una flagrante brecha entre la sociedad alemana y su Parlamento. Aproximadamente una cuarta parte de la población alemana son inmigrantes o hijos de inmigrantes, pero sólo el 8% del Bundestag tiene raíces inmigrantes.

"La democracia debería ser diferente. El Parlamento debería ser un reflejo de la sociedad. Tenemos mucha gente que ha vivido la huida, pero que carece de voz en nuestro Gobierno", afirmó.

Un trabajo político diferente

Su candidatura como miembro del Partido Verde en las elecciones federales de septiembre pretendía ayudar a rectificar esta situación. Y aunque tener que abandonar su candidatura para convertirse en el primer refugiado del país en el Parlamento debido a las reacciones racistas es un golpe de timón para la sociedad y la democracia alemanas, Alaows no renuncia a la política.

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"No veo otra alternativa. Como alguien que puede ayudar a tender puentes entre los refugiados y la política, tengo la responsabilidad de seguir adelante. No me detendré. Mi trabajo político continuará, sólo que a un nivel diferente del que tenía previsto", reflexiona.

Después de terminar su campaña, Alaows ha vuelto a la labor de apoyo que ha estado realizando en diversas ocasiones desde que llegó a Alemania.

Ofrece orientación y apoyo legal a quienes buscan residencia o asilo, además de hacer activismo en favor de los derechos humanos con Seebrücke, una organización que ayudó a fundar en 2018 y que aboga por los refugios seguros y contra la criminalización del rescate de refugiados.

Aunque sería difícil culpar a Alaows de estar amargado o quemado por los abusos que recibieron él y su campaña, sigue siendo optimista respecto a su trabajo.

"Llevo años haciendo este trabajo. Primero en Siria (con la Media Luna Roja Siria) y luego en Alemania. Incluso con la candidatura de por medio, mi trabajo comenzó en el ámbito de la sociedad civil. Y estoy contento de volver a estar activo, me hace bien", dijo.

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Fuentes adicionales • Juan Carlos de Santos (versión en español)

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