La mayor dificultad está en los países con menos recursos que deben asegurar que al mismo tiempo continúan su crecimiento económico.
PUBLICIDADLos líderes mundiales dejan el escenario de la COP26.
Y es ahora cuando los ministros de finanzas de decenas de países, instituciones financieras y diferentes organizaciones discuten en Glasgow sobre cómo financiar la lucha contra el cambio climático.
La mayor dificultad está en los países con menos recursos que deben asegurar que al mismo tiempo continuan su crecimiento económico.
El Reino Unido, país anfitrión, ha sido uno de los primeros en dar un golpe de efecto con su ministro de Hacienda Rishi Sunak: "El Reino Unido destinará cien millones de libras al acceso a la financiación del clima, para que los países en desarrollo puedan acceder más rápida y fácilmente a la financiación que necesitan. Apoyamos un nuevo mecanismo de mercado de capitales, que emitirá miles de millones de nuevos bonos verdes para financiar energías renovables en los países en desarrollo."
En la mente de todos, una cifra: 86.000 millones de euros anuales prometidos por los países industrializados para impulsar la descarbonización en los países en desarrollo.
Janet Yellen, Secretaria del Tesoro de Estados Unidos explica:"Es una transición global para la que tenemos un precio estimado, algunos han puesto la cifra global entre 100 y 150 billones de dólares en las próximas tres décadas. Al mismo tiempo, abordar el cambio climático es la mayor oportunidad económica de nuestro tiempo".
Los bancos y las instituciones financieras tienen un papel crucial en este enorme esfuerzo económico para abordar la transición energética. El presidente del Banco Europeo de Inversiones, Werner Hoyer, se mostró muy optimista sobre el compromiso del sector privado y se queja de la falta de decisión de los políticos: "No estoy ni contento ni satisfecho con lo que los líderes políticos han conseguido en Roma. Nuestras ambiciones irían más allá y espero que las suyas también ... a veces tengo la sensación de que también en la esfera pública necesitamos un poco más de valor".
El ambicioso objetivo del BEI es alcanzar hasta 2030 1 billón de euros en inversiones para el cambio climático gracias al efecto palanca de los préstamos.