América Latina: entre dosis de refuerzo y escasez de pruebas de detección de COVID-19

En el intento de frenar el creciente número de infecciones por la variante ómicron, varios países optan por apresurar las dosis de refuerzo, mientras que otros, empiezan a quedarse sin recursos.
En Colombia se formaron largas filas de personas afuera de los centros de vacunación en Bogotá, a la espera de la dosis de refuerzo de COVID-19. Un día después de una declaración televisada del presidente Iván Duque:
"Todos los mayores de 18 años que hayan recibido las dos dosis de vacunación, o sólo una en el caso de la vacuna Jansen, podrán recibir las dosis de refuerzo, y ya no tendrán que esperar seis meses, sino cuatro"
Gracias a la campaña de vacunación, el aumento de casos de coronavirus después de los días festivos, no se ha traducido en un crecimiento exponencial de las muertes ni de los casos en las unidades de cuidados intensivos, según las autoridades.
Por otra parte, México no solo está luchando contra el virus, sino también contra la escasez de pruebas de detección de COVID-19.
El Gobierno mexicano pidió a la población no acudir a realizarse pruebas de detección de COVID-19 en caso de presentar síntomas, para "evitar contagiar a otras personas, y no reducir la disponibilidad para quienes, por razones médicas, tienen una necesidad imprescindible del examen", según el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, vocero de la estrategia gubernamental contra la pandemia.
México, de 126 millones de habitantes según cifras oficiales, ha registrado en los últimos días un aumento en los contagios de coronavirus, con una cifra récord de más de 33.000 contagios en las últimas 24 horas.