Las fuerzas armadas ucranianas tardaron casi 3 meses en retomar Slovyansk, los separatistas se desplazaron 100 km al sur, desde donde siguen luchando hoy en día.
Mientras el mundo se prepara para una posible incursión rusa en Ucrania, la ciudad de Slovyansk -como gran parte del este del país- sigue haciendo recuento de los costes de 8 años de conflicto. Este fue el escenario de fuertes combates en 2014, cuando los separatistas apoyados por Rusia tomaron el control de la zona.
Vlada Lysenko tenía entonces 15 años y recuerda una ciudad sitiada. "Mi madre me llamó y me dijo "no vas a ir a ninguna parte, Slovyansk ha sido tomada".
"Había gente dentro de la comisaría con armas automáticas y uniformes. No podíamos entender lo que pasaba... era mucha gente. Había neumáticos y barricadas... Evitamos todos los edificios de varias plantas porque había francotiradores arriba.Intentamos no estar en espacios abiertos, porque no sabíamos cuándo vendría una bala" , explica esta joven activista.
Las fuerzas armadas ucranianas tardaron casi 3 meses en retomar Slovyansk, los separatistas se desplazaron 100 km al sur, desde donde siguen luchando hoy en día.
En toda esta región, los signos de una guerra que comenzó hace 8 años son todavía muy visibles. Pero lo que está aún más claro es lo mucho que este conflicto ha transformado a la gente de aquí.
Roman tenía 20 años cuando fue alcanzado por un francotirador en el frente. Su madre, Olena Napriahlo, vive con su recuerdo: "Era una persona tímida y tranquila. Pero tenía algo dentro. Un sentido de la responsabilidad por los demás. Estaba moralmente dispuesto a proteger Ucrania. Decía 'mamá, si no soy yo, ¿entonces quién?'".
Cinco años después, Olena sigue lidiando con el dolor de la pérdida de su hijo, pero insiste -quizá como forma de convencerse a sí misma- en que Roman murió por un bien mayor. "Es obvio que la muerte de los jóvenes es triste y muy dolorosa. Pero la independencia de Ucrania merece la pena".
Pero algunos aquí ceen que Ucrania todavía tiene que poner fin definitivamente casi una década de conflicto prácticamente ininterrumpido que logró muy poco y que ha sembrado una enorme cantidad de dolor
"Estoy a favor de la amistad. Pueden juzgarme todo lo que quieran, pero estoy a favor de la amistad. Conozco muy bien Rusia. Conozco muy bien Ucrania. Y la gente es gente. No es culpa su culpa", explica una mujer mientras toca el acordeón en un parque de la ciudad.