El discurso del presidente, Ebrahim Raisí, fue interrumpido en varias ocasiones por los gritos del público, que pedían no volver a negociar el acuerdo nuclear con Estados Unidos. Otros decidieron quemar la bandera del país norteamericano.
Una conmemoración que pasaba de la celebración al descontento. En el 43 aniversario de la Revolución Islámica de Irán miles de personas aprovecharon la ocasión para quemar banderas estadounidenses y condenar las nuevas negociaciones del Acuerdo nuclear de Irán.
"Muerte a Estados Unidos" y "Muerte a Israel" fueron algunos de los lemas de los carteles que se vieron en las marchas, algo que ya es habitual en cualquier celebración en el país.
Fue quizás por ese descontento y por seguridad que el presidente iraní Ebrahim Raisí, no dio su discurso en la plaza Azadi, uno de los símbolos de la revolución.
En lugar de ello pronunció un discurso en la mezquita Mosala de Teherán, adornada con enormes fotos del líder de la revolución Ruholá Jomeiní y Qasem Soleimani, exgeneral al frente de la Fuerza Quds de los Guardianes, asesinado por Estados Unidos en 2020.
El presidente fue interrumpido en varias oportunidades por los gritos del público. En su discurso afirmó que su política exterior sigue estando centrada en la independencia económica de Irán.
Sin embargo, su Gobierno se encuentra inmerso en unas difíciles negociaciones con las potencias de Occidente para salvar el pacto nuclear de 2015. Volver al acuerdo significaría el levantamiento de las sanciones internacionales pero las condiciones no convencen a Irán, que en los últimos años ha acelerado su programa atómico bajo la desaprobación, particularmente, de Estados Unidos.