Alberto Flores es uno de los residentes que ha tenido que llevar a su familia a una población que se encuentra a las afueras de Kiev. Narra para Euronews cómo esta viviendo la invasión rusa de Ucrania y cómo ayuda a sus ciudadanos en este conflicto a través de sus gimnasios y su arma: la palabra.
Alberto Flores es ucraniano-boliviano y trabajaba como instructor de artes marcialesen Kiev. Tuvo que abandonar el piso 19 en el que reside en la capital de Ucrania para buscar un lugar más seguro a las afueras.
Ahora ve como Rusia ni respeta los periodos de negociación para que los ciudadanos puedan abastecerse: "No nos dan tiempo ni para nada, ni siquiera cuando dicen que no van a disparar mientras estamos negociando, no lo cumplen, ni el lado del agresor ni el lado de sus amigos"
Tiene que vivir el peor momento de su vida para él y para su mujer y su hija: "Cada explosión cerca, se escondía lloraba y eso te mata ahí adentro. Eso es lo difícil: ver en los ojos de tus hijos el miedo"
Desde la casa de un amigo trata de participar en la organización de su zona como voluntario:"Todo lo que hacemos los intercambiamos, le damos al ejército, estamos haciéndolo gratuitamente, nadie vende nada"
También está en contacto permanente con los trabajadores de sus gimnasios donde alberga a decenas de refugiados:_ "Yo tenía mis gimnasios, que estaban en los sótanos de artes marciales y ahora son refugios. Hay un montón de gente que está viviendo allí, muchas personas, 50 en uno, 30 en otro. Estamos dándoles comida, luz, ropa, les calentamos"_
Han creado una cuenta para recaudar fondos para ayudar al ejército y a las personas que acoge: "Hemos hecho en estos días 30.000 dólares para el ejército ucraniano. Hemos hecho una cuenta para que nosotros podamos ayudar localmente a las personas que están cerca."
Señala que el ejército está saturado por la ola de voluntarios que hay para defender el país y que él es más útil a través de su mejor arma, la palabra:_ "Si va a llegar la hora de tomar el arma lo voy hacer. Al momento que sea necesario sin dudarlo lo voy a hacer, pero por ahora tengo un montón de personas, como 30 personas que estamos trabajando para ayudar a la gente. Estamos haciendo mucho más que si yo hubiera tomado el arma en mis manos y hubiera salido ahí a pelear"_
Alberto Flores concluye que seguirá ayudando a su pueblo si todo esto acaba: "Cuando todo esto acabe yo no voy a agarrar los guantes, yo voy a reconstruir lo que ha sido destrozado"