El bombardeo, de madrugada, contra una base militar en la región de Leópolis, a tan solo 25 kilómetros de Polonia, ha dejado al menos 35 muertos y 134 heridos.
Rusia intensifica sus ataques en el oeste de Ucrania y se acerca cada vez más a la frontera con la Unión Europea (UE) y la OTAN. El bombardeo, de madrugada, contra una base militar en la región de Leópolis, a tan solo 25 kilómetros de Polonia, ha dejado al menos 35 muertos y 134 heridos.
El gobernador de la región, Maksym Kozytskyi, ha pedido a la OTAN una zona de exclusión aérea:
"Es por eso que seguimos pidiendo (a la OTAN) que cierre el cielo, porque para luchar con un enemigo que ni siquiera entra (en Ucrania) sino que lanza un misil de crucero, es necesario tener un sistema serio de defensa aérea".
Mientras, el presidente de Ucrania ha dicho haber hablado con el presidente polaco y con el primer ministro búlgaro sobre la "defensa de Ucrania". También ha agradecido "la asistencia brindada y el apoyo de la Unión Europea para la integración de Ucrania".
El presidente polaco, Andrzej Duda, ha insistido, en declaraciones a la BBC, que no pueden entregar aviones de combate a Ucrania por el riesgo de desencadenar una guerra global.
Sobre el terreno, las tropas rusas siguen su avance hacia Kiev y recrudecen su ofensiva por todos los flancos. En el oeste, además de la base de Leópolis han atacado el aeropuerto de Ivano-Frankivsk, a 153 kilómetros de Rumanía.
85 niños muertos en Ucrania
Los civiles siguen siendo bombardeados sin tregua, como muestran las imágenes de un bloque de pisos bombardeado en Chernígov o las imágenes de satélite de la sureña Mariúpol.
Más de 500 civiles han muerto desde el inicio de la guerra. De ellos, al menos 85 niños.
La ONU advierte de que esos ataques indiscriminados contra la población y las infraestructuras civiles pueden constituir crímenes de guerra.
La OMS denuncia 29 ataques contra instalaciones sanitarias. Las bombas rusas han dañado o destruido completamente 369 instituciones educativas.