El rastro de cadáveres en la ciudad ucraniana tras la retirada del Ejército ruso conmociona a la comunidad internacional
Son algunas de las imágenes que retratan de manera más trágica el horror provocado por la invasión rusa de Ucrania. En la ciudad de Bucha, próxima a Kiev, el rastro de cadáveres a lo largo de las calles después de que los soldados ocupantes se retiraran ha provocado la indignación internacional. Algunas de las víctimas tenían las manos atadas y habían sido tiroteadas a corta distancia. Hasta ahora se han retirado los cuerpos de 410 civiles.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha calificado la matanza de genocidio: "Quiero que todos los líderes de la Federación Rusa vean cómo se cumplen sus órdenes. Este tipo de órdenes. Este tipo de cumplimiento. Y hay una responsabilidad común. Por estos asesinatos, por esta tortura, por los brazos volados por las explosiones, tirados en la calle... Por los disparos en la nuca".
El secretario general de la ONU, António Guterres, ha expresado su conmoción en las redes sociales y ha defendido una investigación independiente que conduzca una rendición de cuentas efectiva. Muchos políticos europeos han condenado a Rusia, algunos incluso piden que se prohíban completamente las exportaciones de gas ruso.
El canciller alemán, Olaf Scholz, es partidario de una mayor presión sobre el Kremlin. "Decidiremos sobre nuevas sanciones en el círculo de aliados en los próximos días. El presidente Vladímir Putin y sus partidarios notarán las consecuencias. Y seguiremos proporcionando armas a Ucrania para que pueda defenderse de la invasión rusa".
El Ministerio de Defensa ruso ha rechazado, sin embargo, las acusaciones de atrocidades contra civiles en Bucha y otros alrededores de Kiev. Ha solicitado, además, que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas se reúna el lunes para discutir lo que califica de "provocación de los radicales ucranianos".