Este martes Rusia ha intensificado la ofensiva en Lugansk, donde los ataques han aumentado y Rusia se acerca al control casi total. Ucrania ha reconocido este martes al menos cinco muertos por un nuevo bombardeo de Rusia sobre la planta química de Azot, en la ciudad de Sievierodonetsk.
El metro vuelve a funcionar en Járkov.
Estuvo parado durante semanas, mientras miles de personas de esta ciudad del noreste de Ucrania se refugiaban en su interior durante los bombardeos rusos.
Pero el ejército ruso se retiró tras una contraofensiva ucraniana que a algunos les sabe a victoria.
Unas dos mil personas vuelven cada día a Járkov. Un retorno al hogar a una ciudad que tenía millón y medio de habitantes antes de la invasión.
Járkov es ahora un lugar algo más seguro, pero miles de personas han perdido sus casas y necesitan ayuda para reiniciar sus vidas.
En las afueras de Járkov, el ejército, voluntarios y vecinos siguen recuperando los cuerpos de los soldados rusos. Algunos tienen las manos atadas. Según la versión oficial de Ucrania serían desertores que habrían sido ejecutados por el ejército ruso.
Pero una retirada provisional no ofrece garantías. Los habitantes de Kutuzivka siguen sin poder dormir por el permanente ruido de la artillería rusa, que se encuentra de nuevo a pocos kilómetros.
Este martes Rusia ha intensificado la ofensiva en Lugansk, donde los ataques han aumentado y Rusia se acerca al control casi total.
Ucrania ha reconocido este martes al menos cinco muertos por un nuevo bombardeo de Rusia sobre la planta química de Azot, en la ciudad de Sieviero donetsk donde una decena de casas de vecinos resultaron dañadas.