Según los expertos, ampliar la producción de biogás con la suficiente rapidez no es ahora mismo algo factible, pero a largo plazo sí parece llamado a desempeñar un papel importante en la Unión Europea.
Para la gran mayoría, las heces de animales no son más que eso, heces. Y por supuesto, lo son. Pero lo cierto es que son también una importante materia prima para producir energía. En la planta de Zerbst, cerca de Berlín, las heces de las gallinas o los excrementos de las vacas o los cerdos, se convierten en biogás. Chris Döhring es el propietario del lugar, y conoce muy bien la valía de lo que hace.
"Cada día de trabajo producimos el gas equivalente a un camión cisterna con 20.000 litros de petróleo", explica orgulloso Döhring.
Lo cierto es que, ahora mismo, Alemania necesita urgentemente gas. El suministro desde Rusia ha sido recortado drásticamente por la empresa Gazprom, y Alemania podría enfrentarse a un invierno en el que algunas empresas —y quizás tambien algunos hogares— contarán con un suministro de gas reducido.
En Zerbst, al menos, la infraestructura crítica podría funcionar si el suministro se cortara, gracias a la planta de biogás de Chris Döhring: "Junto a nuestro socio aquí, el proveedor de la red de gas, y la administracion local, podremos seguir calentando el hospital, las escuelas y las demás infraestructuras críticas", asegura el propietario.
Entonces, ¿podría ser ésta una solución a la crisis energética que sufre Alemania y la Unión Europea?
Según los expertos, no a corto plazo. Ampliar la producción de biogás con la suficiente rapidez no es ahora mismo algo factible. Pero lo que sí parece innegable es que, a largo plazo, el biogás está llamado a desempeñar un papel cada vez más importante en la Unión Europea.
"La Unión Europea cuenta con el marco RePowerEU como concepto de cómo alejarse del gas ruso", recuerda el experto en energía Heiko Lohmann, "y se supone que el biogás va a desempeñar un papel enorme. Sin embargo, la mayoría de la gente que conozco no cree que sea totalmente posible. El plan podría no ser realizable".
Alemania se enfrenta a una gran tarea, a un enorme problema, al intentar independizarse de la energía rusa, y en particular del gas ruso. Y el biogás no va a ser la solución a ese problema, pero podría desempeñar un papel importante en el futuro en la construcción de la seguridad energética alemana.