Los camiones blindados y los bombardeos pueden destruir las calles, pero los ciclistas mayores se niegan a huir, proyectando una extraña sensación de normalidad en el devastado paisaje de guerra en Ucrania.
Parece contradictorio y claramente peligroso, pero los ciclistas están por todas partes en la región ucraniana del Donbás. Son civiles, generalmente de edad avanzada, que van y vienen en sus maltrechas bicicletas y se niegan a inmutarse por el caos que les rodea.
"¿Cómo voy a conducir? La gasolina es cara, no tengo qué conducir. Y necesito desplazarme", explica Oleksandr, un minero jubilado de 60 años.
La artillería puede llover en el horizonte y los camiones blindados destruir las calles, pero los ciclistas mayores se niegan a huir, proyectando una extraña sensación de normalidad en el devastado paisaje de guerra.
"Preferiría, si pasa algo, morir inmediatamente. De modo que no quede discapacitado después", asegura un jubilado de 74 años.
El pasado marzo se encontraron en los suburbios de Kiev numerosos cuerpos de ciclistas abatidos luego de que las fuerzas rusas abandonaran la ciudad.
Los ciclistas fueron asesinados, según las autoridades ucranianas, cuando intentaban mantener una vida normal en tiempos de guerra.