Putin aceptaría, tras la mediación de Macron, que la inspección de la OIEA a la central nuclear de Zaporiyia cuente con el visto bueno de Ucrania y de la ONU.
El presidente francés, Emmanuel Macron, ha conseguido que su homólogo ruso Vladímir Putin acepte que las condiciones del envío de una misión del Organismo Internacional de la Energía Atómica a la central nuclear de Zaporiyia tengan el visto bueno tanto de Ucrania como de Naciones Unidas.
El embajador de Rusia en Naciones Unidas Vasily Nebenzya ha insistido en que "Moscú debe "proteger" la planta de Zaporiyia. Una retirada de sus tropas haría que la instalación fuera vulnerable ... a provocaciones y ataques terroristas".
El secretario general de la ONU Antonio Guterres insistió durante su viaje el jueves a Ucrania en que la invasión rusa viola la integridad territorial de Ucrania, que "la zona debe ser desmilitarizada" y que "cualquier daño potencial a Zaporiyia es un suicidio".
Rusia quiere quedarse. El representante permanente de la Federación Rusa ante las Organizaciones Internacionales en Viena, Mijail Ulyanov, no quiso concretar:"Es demasiado pronto para decir nada sobre los detalles, se trata de cuestiones muy delicadas, estamos discutiendo y seguiremos discutiendo las modalidades de la misión, la ruta, el número de personas que participarán, cuánto tiempo permanecerán en la planta, para qué tareas se les envía allí."
El secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg insistió en la urgencia de que el Organismo Internacional de la Energía Atómica de la ONU revise y haga una inspección meticulosa de la planta nuclear de Zaporiyia de inmediato. Pidió que se garantizara la retirada de todas las fuerzas rusas "del territorio de la central nuclear de Zaporiyia.
Para Moscú, los "bombardeos sistemáticos del territorio de la central atómica de Zaporiyia por parte de los militares ucranianos generan el peligro de una catástrofe__de gran envergadura que puede conducir a la contaminación radiactiva de amplios territorios".