El nuevo Gobierno trata así de evitar errores pasados, como los cometidos bajo el mandato de Ivan Duque en 2019, cuando ocho menores de entre 12 y 17 años, reclutados a la fuerza por los disidentes de las FARC, morían bajo los bombardeos gubernamentales.
Importante giro del Gobierno de Colombia en su lucha contra los grupos armados.
El Ejecutivo de Gustavo Petro anunció su decisión de suspender los bombardeos militares sobre campamentos guerrilleros donde pueda haber menores reclutados a la fuerza. El ministro de Defensa, Iván Velásquez, era el encargado de anunciar una medida orientada, decía, a la defensa de los derechos humanos.
"Los menores reclutados forsosamente por organizaciones ilegales son víctimas. Son víctimas de esta violencia en la que hemos vivido por tantas décadas", recordaba Velásques, que añadía que "hay que privilegiar siempre la vida sobre la muerte y no se pueden desarrollar operaciones militares que pongan en peligro a la población civil".
El nuevo Gobierno colombiano trata así de evitar errores pasados, como los cometidos bajo el mandato de Ivan Duque en 2019, cuando ocho menores de entre 12 y 17 años, reclutados a la fuerza por los disidentes de las FARC, morían bajo los bombardeos gubernamentales.
A finales de 2021, el senador izquierdista Iván Cepeda denunció la muerte de cuatro menores de edad en un bombardeo que resultó con la muerte de un importante comandante de la guerrilla del ELN en las selva del Pacífico.
El nuevo comandante de las Fuerzas Militares, el general Hélder Giraldo, promete ahora una "alta evaluación" de inteligencia en la que se "revisará" la presencia de menores antes de aprobar cualquier acción de ese tipo.
En más de medio siglo de levantamiento armado, las guerrillas de izquierda han reclutado a jóvenes y niños para ampliar su pie de fuerza en zonas con escasa presencia del Estado.