Sectores económicos afectados y millones de casas en riesgo, la sequía más intensa de Europa da un golpe certero a Francia.
La sequía extrema en Francia pone en peligro hasta 10 millones de casas. Están apareciendo grietas en las viviendas construidas sobre suelos arcillosos, es un daño colateral de este fenémono, que está acompañado de la falta de agua y las repetidas olas de calor. Los propietarios ven cómo lentamente se deterioran sus condiciones de vida
Este año, además, las regiones vinícolas francesas han tenido que adelantar la vendimia anual para mediados de agosto y no para principios de septiembre, como consecuencia de la grave sequía.
El sector busca adaptarse ante los imprevisibles efectos del cambio climático. Manon Lecouffe, viticultora, confirma un cambio en la practica de riego.
"Normalmente regamos antes de plantar, justo después de plantar la vid y quizá una o dos veces, pero esta vez es la cuarta vez que regamos las más jóvenes, es más de lo que solíamos hacer", explica la trabajadora de la bodega Chateau Smith-Haut-Lafitte.
Los campos se mantienen secos, sin hierba. Los ganaderos están agotando sus reservas de forraje de invierno para alimentar sus vacas. Pero si la situación continúa así se verán obligados a vender el ganado.
"En principio, las vacas se venderán porque no se pueden alimentar. Si se venden las vacas, habrá menos leche el año que viene, lo que significa aún más presión sobre los productos lácteos a partir de 2023", asegura el ganadero, Gilles Durlin.
De norte a sur, Francia sufre la peor sequía de su historia. Lo mismo ocurre en el resto de Europa. Las devastadoras consecuencias recaerán en el bolsillo del consumidor.