En medio del creciente miedo a que los combates en torno a la central nuclear de Zaporiyia, en Ucrania, puedan desencadenar una catástrofe, los residentes cercanos al complejo han recibido al parecer pastillas de yodo
En medio del creciente miedo a que los combates en torno a la central nuclear de Zaporiyia, en Ucrania, puedan desencadenar una catástrofe, los residentes cercanos al complejo han recibido al parecer pastillas de yodo.
Esto se produce después de que la planta, la mayor central nuclear de Europa, fuera desconectada temporalmente de la red nacional ucraniana tras el corte de todas las líneas que la conectan el jueves.
"Quiero subrayar que la situación sigue siendo muy arriesgada y peligrosa. Cualquier repetición de lo ocurrido ayer, es decir, cualquier desconexión de la central de la red, cualquier acción de Rusia que pueda desencadenar el cierre de los reactores, pondrá de nuevo a la central a un paso del desastre", declaró el presidente Volodímir Zelenski.
La viceprimera ministra ucraniana, Iryna Vereshchuk, ha anunciado planes para ampliar las evacuaciones obligatorias de los civiles que viven en el frente de guerra. En su intervención en la televisión nacional, Vereshchuk dijo que la evacuación de mujeres con niños y ancianos sería prioritaria en algunos distritos de la región oriental de Járkov y en las regiones meridionales de Zaporiyia y Mykolaiv.
Las fuerzas ucranianas han atacado un importante puente utilizado por las fuerzas de ocupación rusas en el sur de la región de Jersón, según el mando militar del sur de Ucrania. El puente Daryivskiy es el único paso controlado por Rusia que cruza el río Inhulets, que divide en dos partes el territorio ocupado por Rusia al oeste del Dnipro.