Los edificios antisísmicos no son rentables para los constructores por su alto precio.
Turquía ha sufrido terremotos con anterioridad, ya que se extiende a lo largo de varias fallas geológicas. Pero temblores de esta magnitud en esta región concreta del sureste del país y el norte de Siria son poco frecuentes.
Saskia Goes, catedrática de Geofísica del Imperial College de Londres, asegura que "Los grandes terremotos de magnitud siete en Turquía pueden ocurrir entre cada cien, o cada pocos cientos de años. Son más comunes en el norte, a lo largo de una falla llamada falla septentrional de Anatolia, que en el lugar donde se produjo este terremoto, donde sólo pueden ocurrir cada 500 años aproximadamente."
Tras el terremoto miles de edificios se derrumbaron, agravando la devastación. Y aunque las estructuras modernas están mejor equipadas para resistir las sacudidas, algunos de los edificios más antiguos de la región se desplomaron. El problema continúa y los gobiernos tienen que tomar decisiones difíciles.
Sean Wilkinson, profesor de ingeniería estructural en la Universidad de Newcastle explica la tecnología disponible: "Hacemos una cosa que se llama retroadaptación, con la que intentamos aumentar la capacidad de estos edificios frente a los terremotos. El problema es que es bastante caro".
No hay normas estrictas que obliguen a construir con estructura antisísmica y Goes, se refiere a las dudas a la hora de invertir: "Es difícil porque el terremoto, podrían pasar 500 años hasta que vuelva a ocurrir. Es cierto. ¿Así que inviertes el dinero? ¿Diseñas tus edificios? ¿Reacondicionas todos tus edificios para que resistan este tipo de sacudidas? Si lo haces, la diferencia es muy grande: los edificios tienen muchas menos probabilidades de derrumbarse".