Indignación y rabia en Calabria en recuerdo de los 75 migrantes fallecidos en un naufragio

Miles de personas salieron este sábado a las calles de Cutro, en la región italiana de Calabria, para recordar a los 75 inmigrantes muertos el pasado 26 de febrero en un naufragio.
Se trataba de un pesquero en el que los 80 supervivientes aseguran viajaban unas 200 personas, en su mayoría de afganos, iraníes, pakistaníes y sirios.
Italia se hará cargo del coste de la inhumación o del traslado a otras localidades del país o del extranjero de las víctimas del naufragio después de las protestas de los familiares.
También se aseguró, de acuerdo con la región de Calabria, el hospedaje en hoteles para unos 80 familiares de las víctimas, mientras que los supervivientes, que en un primer momento fueron alojados en el centro de acogida de Crotona, podrán ir a los hoteles donde se encuentran sus familiares.
A tenor de las primeras reconstrucciones, una avioneta del operativo europeo Frontex avisó de la presencia de una nave en la zona con migrantes a bordo, pero las fuerzas de seguridad italianas aseguraron que sólo se les comunicó la presencia de un barco "que parecía navegar con regularidad, a seis nudos y en buenas condiciones de flotabilidad, con una sola persona visible en la cubierta del buque".
Números dramáticos
Según datos de la agencia de la ONU para las migraciones, tan solo este año unas 300 personas han muerto o están desaparecidas a lo largo de la peligrosa ruta del Mediterráneo central.
"Estamos aquí para recordar la enésima matanza", se lamentaba durante la marcha Pasquale Figliomeni. "Por desgracia, la gente sigue muriendo en el mar".
Los cruces en el Mediterráneo central se han más que duplicado en los dos primeros meses de este año, según la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas, Frontex, con más de 12 000 travesías irregulares.
Sólo el mes pasado, esas cifras eran el triple con respecto a las de hace un año, hasta 7.000. Y las llegadas no cesan. A lo largo los últimos días, más de 3.000 personas migrantes han ido llegando a la isla italiana de Lampedusa.