Veinte años después de la invasión de Irak liderada por Estados Unidos, el país sigue afrontando importantes retos. Miles de millones de ingresos procedentes de los precios récord del petróleo se van al extranjero
Veinte años después de la invasión de Irak liderada por Estados Unidos, el país sigue afrontando importantes retos. Miles de millones de ingresos procedentes de los precios récord del petróleo se van al extranjero, las milicias siguen dominando ciertas partes del país y la formación de un gobierno estable está resultando difícil.
La mayoría de los jóvenes están desempleados, y millones de ellos se esfuerzan por averiguar cuáles son sus perspectivas de futuro.
"Los jóvenes iraquíes han dejado claro en los últimos años que no quieren un régimen dividido por motivos religiosos. No quieren un régimen que sólo funcione a través del clientelismo, la corrupción y la política, pero existe una nueva forma de nacionalismo iraquí, especialmente entre los jóvenes, en la que la juventud iraquí dice: "Tenemos que acabar ya con esta división constante entre chiíes y suníes. Somos iraquíes", afirmaAsiem El Difraoui, politólogo experto en Oriente Medio para la Candid-Foundation de Berlín.
Con la esperanza de un futuro mejor, muchos jóvenes iraquíes están abandonando el país - otros protestan - como en 2019, cuando al menos 600 jóvenes fueron asesinados - el cambio no vino del levantamiento.
Lo que en un principio fue bien acogido por muchos iraquíes el 20 de marzo de 2003 ha dejado un país en ruinas 20 años después. Décadas de guerra civil y el ascenso del llamado Estado Islámico y su reino del terror han matado a cientos de miles de personas. Y algunos consideran a la clase política iraquí más leal a Irán o Estados Unidos que a sus propios ciudadanos.
"Pocos especialistas han llegado a imaginar el desastre en que la invasión estadounidense de Irak ha sumido al país", afirma El Difraoui, politólogo experto en oriente medio.