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España no cede ante el auge de la extrema derecha en la UE: ¿Por qué?

Un hombre junto a un cartel electoral del partido ultraderechista Vox en el que aparece su líder, Santiago Abascal, frente a la sede del partido en Madrid.
Un hombre junto a un cartel electoral del partido ultraderechista Vox en el que aparece su líder, Santiago Abascal, frente a la sede del partido en Madrid. Derechos de autor Andrea Comas/Copyright 2023 The AP. All rights reserved
Derechos de autor Andrea Comas/Copyright 2023 The AP. All rights reserved
Por Laura Llach
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Este artículo se publicó originalmente en inglés

En Europa se observa una tendencia creciente al aumento de la popularidad de los partidos de extrema derecha y al ascenso al poder de los partidos conservadores. ¿Por qué España se ha desmarcado de esta tendencia?

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El pasado mes de mayo, tras unas elecciones en las que la derecha barrió a la izquierda en la mayoría de regiones españolas, los conservadores tuvieron que ceder. No podían gobernar solos.

Firmaron más de cien pactos para formar una coalición y gobernar en ayuntamientos y gobiernos regionales de toda España.

La primera polémica tuvo lugar en Valencia. El candidato de Vox, que exigía un puesto en el gobierno regional a cambio de los escaños que le faltaba al PP para gobernar, había sido condenado por violencia machista.

A esto le siguió la retirada de banderas LGTBI de los ayuntamientos durante las celebraciones del orgullo y la cancelación de la representación teatral de una de las obras más transgresoras de Virginia Woolf en un municipio de la Comunidad de Madrid.

La huella de Vox se dejó notar en apenas dos meses entre las elecciones regionales y el adelanto electoral convocado por Pedro Sánchez.

Ha pasado poco más de un año desde que Vox accedía por primera vez al poder en la región española de Castilla y León. Lo hacía, una vez más, de la mano del Partido Popular, que les necesitaba como socio para poder gobernar.

Una coalición que, en palabras de Santiago Abascal, líder de Vox, “serviría como modelo para el resto de España”. Sus palabras se hicieron realidad, pero no en el sentido que la formación de extrema derecha buscaba.

Las urnas han contradecido a Abascal. En Castilla y León Vox perdió cinco de los seis diputados que tenía, en el resto de España perdió 600 000 votos respecto a los últimos comicios, reduciendo el número de escaños de 52 a 33.

Estos resultados no solo rompieron con las expectativas del partido, sino también con el rumbo electoral marcado por gran parte de los Estados miembros de la Unión Europea.

Manu Fernandez/Manu Fernandez
El líder de Vox, Santiago Abascal, durante un acto electoralManu Fernandez/Manu Fernandez

¿Se rompe el sueño de la extrema derecha europea?

Durante el último año Europa ha visto el auge de la ultraderecha y el acceso al poder de las formaciones conservadoras.

Viktor Orbán revalidó su mandato en Hungría en abril de 2022, y en septiembre Giorgia Meloni se convirtió en la primera ministra italiana. En Suecia, los conservadores pudieron gobernar gracias a los votos de la ultraderecha.

A esto se le suma la entrada en el gobierno de la ultraderecha finlandesa, las recientes protestas en Francia han vuelto a impulsar a Marine Le Pen en las encuestas y el aumento de los votos a la ultraderecha en Portugal.

Los resultados de España, que apuntaban en esta dirección, han alterado la tendencia del continente.

La pérdida de escaños y la imposibilidad de formar un gobierno de coalición con el Partido Popular en el país ha puesto freno a las esperanzas de ECR (European Conservatives and Reformists), presidido por la primera ministra italiana, Giorgia Meloni.

“Ha llegado el tiempo de los patriotas”, proclamaba Meloni durante un mitin electoral de Vox en España. Sin embargo, parece que todavía tendrán que esperar para celebrarlo.

“Es un revés para aquellos en los que creían que la cuarta economía de la eurozona y el cuarto país más poblado de la Unión Europea podía tener un un gobierno que incluyese a la extrema derecha”, señala a Euronews Carme Colomina, investigadora sénior especializada en Unión Europea del Barcelona Centre for International Affairs.

“No obstante, el grupo ECR seguirá siendo uno de los más importantes de la cámara y Vox seguirá teniendo una representación importante en el Parlamento Europeo”, añade.

La experta apunta a la normalización de la extrema derecha en Europa. Lejos queda ya el año 2000, cuando se formó el primer gobierno de coalición con un partido de derecha radical dirigido por Jörg Haider en Austria.

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“En un principio la UE impuso un castigo simbólico de seis meses para hacer ver que esa no era una coalición de su agrado. Pero desde este punto hasta ahora ha habido una evolución acelerada sobre los resultados electorales de la extrema derecha y su normalización”, dice Colomina.

Manu Fernandez/Manu Fernandez
Seguidores de Vox realizan el saludo fascista durante un acto del partidoManu Fernandez/Manu Fernandez

¿Tiene menos gancho Vox que otros partidos de ultraderecha?

El pasado domingo quedó demostrado que la coalición entre la derecha conservadora y la extrema derecha no tiene los votos suficientes para gobernar. Juntos suman 169 escaños y no llegan a los 175 necesarios para tener una mayoría.

Tras estos resultados, ha habido poca autocrítica y muchas acusaciones cruzadas entre los conservadores y Vox.

El análisis post electoral apunta a que el partido liderado por Abascal podría ser más radical en sus políticas en comparación con otros de la familia ultra europea.

"Comparado con otros partidos de extrema derecha como el FPO austriaco, el RN de Le Pen o el FdI de Meloni, Vox es uno de los partidos de extrema derecha más jóvenes, más radicales y menos sofisticados de la UE", explica a Euronews Alberto Alemanno, catedrático Jean Monnet de Derecho y Política Europea en la Escuela de Altos Estudios Superiores de Comercio de París.

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"Su paso por el gobierno local demostró que el peor temor de la izquierda era cierto: Los gobiernos locales de VOX censuraron libros y películas, retiraron banderas LGBT de los ayuntamientos. En lugar de buscar la 'normalización' como hicieron sus homólogos —Le Pen y Meloni— para convertirse en la corriente dominante, VOX siguió siendo radicalmente antagonista."

"Los españoles se dieron cuenta y se asustaron, ya que su dictadura aún está fresca en el imaginario político del país", añade el experto.

En esto está de acuerdo la investigadora del Barcelona Centre for International Affairs.

“Una vez han entrado en determinados gobiernos, han alimentado una guerra cultural en España que apuntaba directamente a derechos conseguidos en los últimos años y que contaban con un consenso muy importante en la sociedad española”, zanja.

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