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Un gran despliegue de seguridad trata de impedir bloqueos de agricultores en París y otras ciudades

Despliegue de seguridad en torno al Mercado Internacional Rungis este lunes al sur de París
Despliegue de seguridad en torno al Mercado Internacional Rungis este lunes al sur de París Derechos de autor Christophe Ena/AP
Derechos de autor Christophe Ena/AP
Por Euronews con AP
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Un despliegue de unos 15.000 agentes de policía trata de impedir bloqueos, sobre todo en París, que podrían afectar al abastecimiento de alimentos y a infraestructuras estratégicas como los aeropuertos.

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El Ministerio del Interior de Francia ordenó el domingo un gran despliegue de fuerzas de seguridad alrededor de París mientras grupos de agricultores amenazaban con dirigirse hacia la capital.

Los agricultores franceses están presionando al Gobierno de Macron para que responda a sus demandas de una mejor remuneración por sus productos y protección contra las importaciones baratas. También quieren que el Ejecutivo francés aborde los crecientes costes y lo que consideran como un exceso de regulación.

Después de una reunión de emergencia el domingo por la tarde, el ministro del Interior, Gerald Darmanin, señaló que se están desplegando 15.000 agentes de policía, la mayoría en la región de París.

Darmanin ordenó a las fuerzas de seguridad "impedir cualquier bloqueo" del Mercado Internacional de Rungis, que abastece a la capital y la región circundante con gran parte de sus alimentos frescos, y de los aeropuertos de París. El despliegue, que cuenta con apoyo de helicópteros, también pretende evitar que ningún convoy de agricultores ingrese a la capital u otra gran ciudad. 

Darmanin advirtió de que posiblemente las ocho autopistas que conducen a París quedarán bloqueadas este lunes a partir del mediodía e instó a los conductores de automóviles y camiones a "anticipar" los bloqueos. "Las dificultades obviamente serán muy importantes", afirmó.

El nuevo primer ministro de Francia, Gabriel Attal, visitó el domingo una granja en la región central de Indre-et-Loire, donde reconoció que los agricultores se encuentran en una situación difícil porque “por un lado decimos 'necesitamos calidad' y por el otro 'queremos precios cada vez más bajos'”.

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