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Las autoridades tratan de retomar el control de la autopista hacia el aeropuerto en Nueva Caledonia

Despliegue de fuerzas de seguridad en Nueva Caledonia.
Despliegue de fuerzas de seguridad en Nueva Caledonia. Derechos de autor AP
Derechos de autor AP
Por Euronews con AP
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Las autoridades francesas han desplegado más de 600 gendarmes para tratar de desbloquear la autopista hacia el aeropuerto internacional en Nueva Caledonia, que está bloqueada por escombros y barricadas. Los disturbios que estallaron la semana pasada han dejado al menos seis muertos.

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Con vehículos blindados y excavadoras para retirar barricadas carbonizadas, las fuerzas de seguridad francesas trabajaron el domingo para retomar el control de la carretera hacia el aeropuerto internacional en Nueva Caledonia, cercado por los disturbios que azotan desde hace una semana el archipiélago francés del Pacífico, donde el pueblo indígena canaco ha buscado durante mucho tiempo la independencia de Francia.

El sábado, las autoridades francesas informaron de una sexta muerte a consecuencia de los disturbios, tras un intercambio de disparos en una barricada en el norte de la isla principal, en Kaala-Gomen.

Una eventual reapertura del aeropuerto de Nouméa-La Tontouta a vuelos comerciales podría permitir a los turistas varados escapar de la isla donde enfrentamientos armados, incendios provocados y saqueos han llevado a Francia a imponer un estado de emergencia y enviar cientos de refuerzos policiales y militares. El aeropuerto, con rutas a Australia, Singapur, Nueva Zelanda y otros destinos, cerró el martes cuando las protestas contra las reformas electorales a las que se oponían los partidarios de la independencia degeneraron en violencia generalizada, dejando un vasto rastro de destrucción.

El ministro del Interior francés, Gérald Darmanin, dijo en una publicación en la red social X que la “gran operación” tenía como objetivo “recuperar totalmente el control” de la autopista RT1 entre la capital, Nouméa, y el aeropuerto, 60 kilómetros al noroeste. 

Según Darmanin, se desplegaron más de 600 gendarmes. La cifra ilustra la dificultad de limpiar las carreteras de escombros carbonizados y barricadas levantadas por manifestantes independentistas y residentes que se han unido para tratar de proteger sus hogares y medios de vida frente a alborotadores y saqueadores.

El esfuerzo policial para reabrir la carretera del aeropuerto despejó cerca de 60 barricadas en su primer día, según informaron las autoridades francesas en Nueva Caledonia.

Continúa el estado de emergencia y el toque de queda

El Alto Comisionado francés, en un comunicado, calificó la noche del sábado al domingo como "más tranquila", pero aún habló de dos incendios y del saqueo de una gasolinera, sin dar detalles. El toque de queda de 18:00 a 06:00 horas permanece en vigor y a las fuerzas armadas se les han otorgado poderes de emergencia, incluida la detención domiciliaria de personas consideradas una amenaza al orden público y un mayor margen de maniobra para realizar registros, incautar armas y restringir movimientos, con posible pena de cárcel para los infractores.

El Alto Comisionado también dijo que 230 personas, que describió como alborotadores, han sido detenidas. La alcaldesa de Numea, Sonia Lagarde, afirmó el domingo en declaraciones a la emisora francesa BFMTV que "la situación sigue siendo dramática", y añadió que limpiar completamente la carretera del aeropuerto podría llevar "días y días" debido a la presencia de "una enorme cantidad de restos de automóviles quemados".

El general Nicolas Matthéos, jefe de la fuerza de gendarmes de orden público del archipiélago, dijo que algunas barricadas habían sido colocadas como trampas explosivas con botes de gas y reforzadas con "paredes de vehículos".

Tensiones independentistas de largo recorrido

Los disturbioscomenzaron cuando los legisladores franceses debatían reformas electorales que aumentarían el número de personas que podrían votar en Nueva Caledonia. Los opositores dicen que ampliar las listas de votantes, que no se han actualizado desde 1998, beneficiaría a los políticos partidarios de Francia en Nueva Caledonia y marginaría aún más al pueblo indígena canaco, víctima en el pasado de estrictas políticas de segregación y discriminación generalizada.

Nueva Caledonia, un vasto archipiélago al este de Australia con unos 270.000 habitantes, ha sido escenario de décadas de tensiones entre los indígenas canacos, que buscan la independencia, y los descendientes de los colonizadores que quieren seguir siendo parte de Francia. Pero los disturbios de la última semana han elevado la tensión hasta cotas que no se registraban desde hace mucho tiempo.

Las personas de ascendencia europea en Nueva Caledonia distinguen entre descendientes de colonizadores y descendientes de los numerosos prisioneros enviados al territorio por la fuerza. En 1988 se alcanzó un acuerdo de paz entre facciones rivales. Una década después, Francia prometió otorgar a Nueva Caledonia poder político y amplia autonomía y celebrar hasta tres referendos sucesivos.

Los tres referendos se organizaron entre 2018 y 2021 y la mayoría de los votantes optaron por seguir siendo parte de Francia en lugar de respaldar la independencia. El pueblo canaco independentista rechazó los resultados del último referéndum de 2021, que boicoteó porque se celebró en un momento crítico de la pandemia de COVID-19.

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