La semana pasada, Joe Biden señaló que no indultaría a su hijo si era declarado culpable por los jueces. El martes, un jurado estadounidense declaró a Hunter Biden culpable de mentir sobre su consumo ilegal de drogas para comprar un arma.
Joe Biden dejó la Casa Blanca, en Washington, y viajó hacia su casa de Delaware, el martes, para arropar a su hijo Hunter Biden, quien ha sido declarado culpable de tres delitos por posesión ilícita de un arma de fuego. El primogénito del presidente estadounidense, su esposa Melissa y su hijo pequeño Beau esperaban al veterano mandatario en la pista de aterrizaje.
Nada más encontrarse con ellos, les dio un sentido abrazo como muestra de apoyo en estos difíciles momentos que atraviesa la familia. La semana pasada, Joe Biden señaló que no indultaría a su hijo si era declarado culpable por los jueces. "Como dije la semana pasada, soy el presidente, pero también soy padre. Jill (Biden) y yo queremos a nuestro hijo, y estamos muy orgullosos del hombre que es hoy día", afirmó el mandatario norteamericano.
El martes, un jurado estadounidense declaró a Hunter Biden culpable de mentir sobre su consumo ilegal de drogas para comprar un arma. Una decisión que lo convierte en el primer hijo de un presidente estadounidense en ejercicio, que es condenado por un delito.
En 2018, al rellenar el documento oficial para adquirir un revólver, el primogénito de Joe Biden mintió. Así, negó que tuviera problemas de adicción y toxicomanía, pese a que era adicto al crack. La mentira ha resultado clave en el juicio en el que ha sido declarado culpable de posesión ilícita de un arma de fuego durante 11 días, el tiempo en el que estuvo en posesión del revólver en su poder, pese a que nunca contó con munición para el arma.
Tras violar las leyes, Hunter Biden se enfrenta a una pena máxima de 25 años de cárcel. Sin embargo, dado que no tiene historial delictivo, parece poco probable que tenga que hacer frente a esa pena, e incluso podría no tener que pasar por la cárcel.