Los 15 meses de bombardeos de la Franja han reducido a escombros muchas de sus localidades, cuya reconstrucción se prevé que se prolongue décadas.
Las celebraciones que se sucedieron en Gaza el domingo por la mañana tras la entrada en vigor del alto el fuego entre Israel y Hamás han dado paso rápidamente a la consternación a medida que los palestinos comienzan a regresar a lo que queda de sus hogares.
El acuerdo diseñado en tres fases, acordado tras un año de intensa mediación por parte de Estados Unidos, Egipto y Qatar, entró en vigor a las 10:15 (CET) tras tres horas de retraso. Parte de la primera fase prevé que las fuerzas israelíes se retiren de las zonas densamente pobladas y permitan a miles de palestinos desplazados regresar a sus hogares.
Pero como muchos civiles desplazados confirmaron este domingo, no hay apenas nada a lo que regresar. Los bombardeos y las operaciones terrestres israelíes han transformado barrios enteros en un páramo sembrado de ruinas, con edificios ennegrecidos y escombros que se extienden en todas direcciones.
Los expertos internacionales afirman que Jan Yunis es la ciudad que ha sufrido la mayor destrucción de todos los asentamientos de Gaza. Las fuerzas israelíes se retiraron de esta ciudad ayer domingo tras una batalla de cuatro meses de duración contra Hamás. Se trata de la operación terrestre más larga de la guerra en Gaza.
Las carreteras principales están destruidas y las infraestructuras críticas de agua y electricidad están inoperativas. En el norte de la Franja se produjeron escenas similares: Jabaliya alberga el mayor campo de refugiados del territorio y la mayoría de sus estructuras han sido arrasadas.
Este campamento fue escenario de una nueva operación militar que comenzó en octubre del año pasado, cuando el Ejército israelí afirmó que trataban de desmantelar lo que denominaron "un centro de mando y control de Hamás". Dicha operación provocó una caótica evacuación de civiles y dejó al menos el 70% de la zona en ruinas, según las autoridades de la Franja.
Mientras tanto, los residentes que regresan a Rafah encontraron escenas de destrucción masiva por toda la ciudad que antaño fue centro de acogida de familias desplazadas que huían de los bombardeos israelíes desde otras partes del enclave palestino. Algunos dicen haber encontrado restos humanos entre los escombros de los edificios.
Marwan al-Hams, director del ahora destruido Hospital Abu Youssef Al-Najjar, afirma que el sistema sanitario de la ciudad está completamente fuera de servicio: "Necesitamos hospitales de campaña. En Rafah necesitamos al menos tres hospitales; en la ciudad de Gaza necesitamos al menos cinco hospitales; y en el norte de la Franja necesitamos otros tres para que el sistema sanitario pueda empezar a recuperarse", dice.
Pero en medio de la tristeza por regresar a unos escombros, no todo son malas noticias: "Es la primera vez que entro en Rafah desde la carretera principal. Rezaba por volver a ver mi casa y, afortunadamente, la encontré intacta. Rezo para que Dios alivie los problemas de la gente. Estoy sincera y profundamente feliz", expresaba un retornado.
El balance de la guerra ha sido inmenso y ahora empiezan a conocerse nuevos detalles sobre su alcance. Más de 46.000 palestinos han muerto, según el Ministerio de Sanidad de Gaza, aunque estas cifras podrían estar infraestimadas según algunos expertos médicos. El ataque del 7 de octubre de 2023 dirigido por Hamás contra el sur de Israel y que desencadenó la guerra mató a más de 1.200 personas y dejó centeneres de rehenes, los cuales han condicionado el pacto de esta nueva tregua.
Alrededor del 90% de la población de Gaza ha sido desplazada, muchos en repetidas ocasiones. Según Naciones Unidas, el sistema sanitario, la red de carreteras y otras infraestructuras vitales han sufrido graves daños. La reconstrucción, si el alto el fuego llega a su tercera y última fase, llevará al menos varios años. Las principales cuestiones sobre el futuro de Gaza a largo plazo, políticas y de otro tipo, siguen sin resolverse.
En su informe provisional de evaluación de daños publicado en marzo del año pasado, la Unión Europea, las Naciones Unidas y el Banco Mundial cifraron en 17.900 millones de euros el coste de la reconstrucción de las infraestructuras críticas de Gaza. Y en octubre del año pasado, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo advirtió de que la economía de Gaza podría tardar 350 años en volver a los niveles anteriores a la guerra si se mantiene el bloqueo israelí del territorio.