El grupo rebelde M23, apoyado por Ruanda, es el grupo armado más destacado del conflicto, y su gran avance a principios de año dejó cadáveres en las calles. Con 7 millones de desplazados en el Congo, Naciones Unidas la ha calificado como "una de las crisis más prolongadas, complejas y graves".
La República Democrática del Congo y Ruanda firmaron el viernes un acuerdo de paz mediado por Estados Unidos con el objetivo de poner fin a décadas de conflicto mortal en el este del Congo y facilitar el acceso estadounidense a minerales críticos en la región.
"Hoy, la violencia y la destrucción llegan a su fin, y toda la región comienza un nuevo capítulo de esperanza y oportunidades, armonía, prosperidad y paz", dijo el presidente estadounidense, Donald Trump, en una reunión en la Casa Blanca con los ministros de Exteriores de ambos países. El secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, lo calificó de "momento importante tras 30 años de guerra".
El este del Congo ha estado plagado de conflictos desde la década de 1990, con más de 100 grupos armados operando en la región. Se cree que muchos de ellos cuentan con el apoyo de la vecina Ruanda. La violencia se ha cobrado millones de vidas y ha desplazado a innumerables civiles.
El acuerdo contiene disposiciones sobre integridad territorial, prohibición de hostilidades y retirada, desarme e integración condicional de los grupos armados no estatales. Aunque el acuerdo de paz se considera un hito diplomático, los expertos mantienen la cautela. Un destacado grupo rebelde ha afirmado que el acuerdo no le es aplicable, lo que suscita preocupación sobre su impacto inmediato sobre el terreno.
Preguntado en el Despacho Oval sobre posibles violaciones del acuerdo, Trump dijo que no creía que eso fuera a ocurrir, pero también advirtió de "sanciones muy severas, financieras y de otro tipo" si se produjeran.
Algunos congoleños ven el acuerdo como una oportunidad de EE.UU. para adquirir minerales críticos necesarios para la tecnología después de que su gobierno solicitara a Trump apoyo en la lucha contra los rebeldes. Trump ha dado prioridad a asegurar minerales críticos en medio de la creciente competencia con China por la influencia económica y estratégica en toda África.