El guardia civil se convirtió en protagonista del 23F, el intento de golpe de Estado en el Congreso de los Diputados que no llegó a triunfar, al irrumpir en el Congreso y gritar unas palabras ya inolvidables: "Quieto todo el mundo".
El autor del intento de golpe de Estado que paralizó España en 1981 se encuentra en estado crítico en Valencia tras haber recibido la extremaunción. Miembros de la familia han rectificado la información de su muerte, publicada esta mañana.
Antonio Tejero, teniente coronel de la Guardia Civil, accedió al Congreso de los Diputados un 23 de febrero con 200 guardias civiles, tomando como rehenes a los parlamentarios y al propio Gobierno de España. En el hemiciclo se votaba la investidura de Leopoldo Calvo-Sotelo como presidente. Aún hoy se pueden observar los agujeros de las balas que dispararon en el techo de la Cámara.
El objetivo del teniente coronel y los demás golpistas era frenar la consolidación de la democracia y reinstaurar un régimen más autoritario, apoyándose en el descontento de ciertos sectores del Ejército y de la Guardia Civil.
Pistola en mano, Tejero pronunció unas palabras que han quedado para la historia del país: "Quieto todo el mundo". El golpe fracasó gracias a la intervención del rey Juan Carlos I y su mensaje televisado en defensa de la Constitución, lo que provocó la rendición de los golpistas tras 18 horas de tensión en el Congreso.
Antonio Tejero fue condenado a 30 años de prisión por un delito de rebelión militar consumado, con agravante de reincidencia. La sentencia judicial le llevó a ser expulsado del cuerpo de la Guardia Civil y a perder su grado de teniente coronel. Además, fue inhabilitado durante el tiempo que duró la condena.
Estuvo recluido en la prisión militar del castillo de la Palma en Mugardos, y posteriormente en el castillo de San Fernando en Figueras, en Alcalá de Henares y en la prisión naval de Cartagena.
Durante su tiempo de condena estudióla carrera de Geografía e Historia, aprendió varios idiomas y aprovechó para escribir sus memorias y aprender a pintar. En 1993 le concedieron el tercer grado, y tres años más tarde, en 1996 y tras 15 años en la cárcel, obtuvo la libertad condicional. Tras ser puesto en libertad, se retiró de la vida pública. Vivió entre Madrid y Málaga, donde continuó su afición por la pintura y la escritura.