La operación policial ha sido una de las más violentas en la historia reciente de Brasil. Las organizaciones de derechos humanos piden que se investiguen las muertes. Hay unos 81 detenidos.
Una redada masiva contra una banda de narcotraficantes en Río de Janeiro desencadenó este martes una serie de tiroteos en los que han muerto al menos 64 personas, entre los que se encuentran cuatro agentes de Policía, según informan las autoridades.
La operación, en la que participaron agentes desde helicópteros y en vehículos blindados, se dirigía contra el famoso Comando Vermelho y sus huestes en las favelas de Complexo de Alemao y Penha.
Al menos 81 sospechosos fueron detenidos, además de incautarse 93 rifles y más de media tonelada de drogas, según la gobernación del estado carioca, que ha justificado las muertes ante "la resistencia a la acción policial". La operación se ha convertido en una de las más violentas de la historia reciente de Brasil, y las organizaciones de derechos humanos han pedido que se investigaran las muertes.
El gobernador de Río, Claudio Castro, ha calificado los hechos como la mayor operación de este tipo en la historia de la ciudad. "Los cobardes ataques de delincuentes contra nuestros agentes no quedarán impunes", ha añadido. Un número indeterminado de personas resultaron heridas en la operación del martes, que, según las autoridades policiales, se produjo tras un año de investigación sobre el grupo criminal.
¿En qué consistió la redada?
Surgida de las cárceles de Río de Janeiro, la banda criminal Comando Vermelho ha ampliado su control en las favelas en los últimos años. Pese a que la operación policial del martes fue similar a otras anteriores su escala no tiene precedentes, tal y como afirma Luis Flavio Sapori, sociólogo y experto en seguridad pública de la Universidad Pontificia de Minas Gerais.
"Lo que es diferente en la operación de hoy es la magnitud de las víctimas. Son cifras de guerra", afirma. Según Sapori, este tipo de operaciones son ineficaces porque no suelen atrapar a los líderes, sino que se centran en subordinados que luego pueden ser sustituidos.
Los presuntos miembros de la banda han bloqueado las carreteras del norte y el sureste de Río en respuesta a la redada, según informan los medios de comunicación locales. Al menos 70 autobuses fueron requisados para ser utilizados en los bloqueos, causando importantes daños, según la organización de autobuses de la ciudad, Rio Onibus.
Varios grupos de derechos humanos condenan la violencia
Mientras tanto, el organismo de derechos humanos de Naciones Unidas se declara "horrorizado" por la mortífera operación policial, ha reclamado investigaciones efectivas y recuerda a las autoridades sus obligaciones en esta materia.
César Muñoz, director de Human Rights Watch en Brasil, ha calificado los sucesos del martes como una "enorme tragedia" y un "desastre". "La Fiscalía debe abrir sus propias investigaciones y aclarar las circunstancias de cada muerte", ha escrito Muñoz en un comunicado.
Varias imágenes en las redes sociales muestran escenas con fuego, además de humo ascendiendo desde las dos favelas, mientras se escuchan disparos. El Departamento de Educación de la ciudad ha comunicado que 46 centros educativos de los dos barrios permanecen cerrados, y la cercana Universidad Federal de Río de Janeiro ha cancelado sus clases nocturnas.
Río ha sido escenario de letales redadas policiales durante décadas. En marzo de 2005, 29 personas murieron en la Baixada Fluminense de Río y, en mayo de 2021, hasta 28 en la favela de Jacarezinho.