Hasta 20 personas han sido arrestadas por, presuntamente, introducir droga desde países sudamericanos a través de envíos de maquinaria pesada. Se han realizado operaciones en Madrid, Ávila, Bilbao, Valencia y Toledo, con un empresario hispano entre los investigados.
La Policía Nacional ha realizado una serie de arrestos en cinco provincias españolas contra varios miembros del cártel de Jalisco Nueva Generación, una de las dos principales organizaciones narcotraficantes de México. Entre los detenidos se encuentra un empresario español que se encargaba de encubrir sus operaciones, además de un enlace de la Camorra napolitana que gestionaba la logística de los envíos hasta Italia.
En la operación, coordinada junto conla autoridad contra la drogadicción estadounidense (DEA) y la Policía neerlandesa, han sido detenidas una veintena de personas acusadas de introducir grandes cantidades de cocaína y metanfetamina desde Latinoamérica para distribuirla por toda Europa. La investigación comenzó este año, cuando detectaron los primeros fajos de coca escondida entre maquinaria industrial de gran tonelaje perteneciente al empresario detenido.
Este se encargaba de dar soporte en España a toda la estructura de introducción, almacenamiento y distribución del producto a través de varias sociedades mercantiles de su propiedad, además de blanquear el dinero generado en estas operaciones. Su nombre o empresas no han trascendido, por el momento, por parte de la Policía Nacional.
La lista de los objetivos prioritarios de la DEA
Los materiales se almacenaban en varias fincas de la sierra de Guadarrama, tanto en su vertiente abulense como en la madrileña. La operación se coordinaba en uno de estos inmuebles en torno a La Adrada -equidistante de Ávila, Madrid y Talavera de la Reina- y la logística de su transporte se gestionaba desde otras fincas de esta última localidad. El pasado mes de septiembre se detectó un primer envío de cocaína hacia Italia mediante el enlace de la camorra napolitana detenido, perteneciente al clan Amato-Pagano.
Hasta 15 de los 20 detenidos han ingresado en prisión preventiva: dos de ellos se incluyen en la lista de los objetivos prioritarios de la DEA desde hace años. En total se han intervenido 1.870 kilos de cocaína, 375 kilos de anfetamina, 275.000 euros en efectivo, criptomonedas tasadas entre 12.880 y 12.988 euros, tres armas de fuego, 15 vehículos y 14 kilos de plata.