Los ataques, ocurridos durante la noche y la madrugada, se producen mientras funcionarios ucranianos y estadounidenses concluían en Ginebra conversaciones de alto nivel destinadas a avanzar hacia el fin de la invasión rusa a gran escala.
Rusia lanzó una oleada de ataques nocturnos contra la capital ucraniana, Kiev, y otras ciudades, incluida la región nororiental de Sumy, a pesar de los esfuerzos de Estados Unidos por poner fin a la guerra. Los ataques dejaron al menos seis muertos y otros tantos heridos.
Imágenes de vídeo difundidas por internet mostraban que edificios residenciales de Kiev habían sufrido un ataque a primera hora de la mañana, informaciones confirmadas posteriormente por las autoridades locales. Un edificio del céntrico distrito de Pechersk y otro del distrito oriental de Dniprovskyi sufrieron graves daños, según el alcalde de Kiev, Vitali Klitschko.
El Ministerio de Energía ucraniano declaró que las infraestructuras energéticas también habían sido blanco de los bombardeos nocturnos, sin ofrecer detalles sobre el tipo o el alcance de los daños.
Por otra parte, funcionarios de Sumy también anunciaron en las primeras horas del martes que un avión no tripulado ruso golpeó un camión de servicio en la región, que había sido estacionado allí después de repetidos ataques rusos en el área que continuaron hasta tarde el lunes.
Los ataques de Moscú se produjeron tras las conversaciones mantenidas el domingo en la ciudad suiza de Ginebra entre representantes estadounidenses y ucranianos sobre un plan de paz mediado por Estados Unidos y Rusia.
Oleksandr Bevz, miembro de la delegación ucraniana, declaró el lunes a The Associated Press que las conversaciones habían sido "muy constructivas" y que ambas partes habían podido discutir la mayoría de los puntos. El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, declaró el lunes que Rusia no había visto el plan actualizado tras las conversaciones de Ginebra.