Las denominaciones de origen suponen uno de los obstáculos insalvables en las negociaciones entre ambas partes desde hace meses, y que se suman a los
Las denominaciones de origen suponen uno de los obstáculos insalvables en las negociaciones entre ambas partes desde hace meses, y que se suman a los recelos de la ciudadanía. Organizaciones y empresarios también desconfían y temen que la UE rebaje sus estándares medioambientales y de calidad de sus productos.
Las denominaciones de origen parecen ser un obstáculo infranqueable. Estados Unidos no las contempla y su mercado está lleno de queso Parmesano, jamón de Jabugo y vino de Burdeos, donde son nombres genéricos. Europa sí lo hace y no son solo distinciones demográficas, sino también de calidad.
Detrás de ellas hay una verdadera batalla comercial en la que se juegan miles de puestos de trabajo y beneficios de exportación.