El precio histórico del activo refugio más antiguo del mundo es indicativo de la pérdida de confianza en el dólar y la creciente presión sobre la Reserva Federal estadounidense.
El oro ha alcanzado este martes un valor récord de 3.508,50 dólares (3.015,08 euros) por onza, impulsado por las expectativas de un recorte de los tipos de interés de la Reserva Federal estadounidense y la creciente incertidumbre de los inversores.
Este metal precioso se considera un valor refugio, cuya demanda aumenta cuando disminuye la confianza en la estabilidad de las monedas de papel o de los mercados financieros. A principios de este año, los precios del oro se dispararon cuando el presidente estadounidense, Donald Trump, anunció sus aranceles globales.
El valor récord del oro subraya el profundo malestar por las perspectivas mundiales y las dudas sobre la independencia de la Reserva Federal, mientras el presidente estadounidense Donald Trump aumenta la presión sobre sus responsables políticos.
El dólar ya no es el "patrón oro"
La subida de los precios del oro se produce tras una remontada de varios años de los metales preciosos en general. Varios bancos centrales, desde Asia a Oriente Medio, han acelerado sus compras por cuarto año consecutivo, con predicciones de que al menos 1.000 toneladas métricas de oro serán compradas por los gobiernos para sus reservas de este metal.
La medida revela una menor dependencia del dólar estadounidense en un momento en que la trayectoria fiscal y las batallas políticas de Washington enturbian su posición como moneda de reserva mundial. Una encuesta realizada por el Consejo Mundial del Oro entre 73 bancos centrales reveló que el 95% de ellos espera que aumenten sus reservas de oro en los próximos 12 meses, mientras que casi tres cuartas partes de ellos prevén reducir sus reservas en dólares.
China, que sigue inmersa en negociaciones con Estados Unidos sobre un acuerdo comercial más favorable, ha registrado en julio su noveno mes consecutivo de compras de este metal.
La desdolarización perjudicará a la moneda más fiable del mundo
Durante gran parte de la historia moderna, la mayoría de las monedas nacionales estaban vinculadas directamente al oro. Es decir, los gobiernos garantizaban que el papel moneda podía cambiarse por un peso fijo de esta materia prima que custodiaban en sus reservas. Las transacciones cotidianas se realizaban con papel moneda porque era mucho más sencillo que calcular el valor del oro o llevar lingotes, mientras que los gobiernos respaldaban esos billetes con oro guardado de forma segura en sus cámaras acorazadas.
Tras la Segunda Guerra Mundial, decenas de naciones aliadas se reunieron en Bretton Woods, New Hampshire (EE.UU.), para celebrar la Conferencia Monetaria y Financiera de las Naciones Unidas. Estas decidieron crear el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, y establecieron un sistema en el que el dólar estadounidense se vinculase al oro a 35 dólares la onza. En otras palabras, un dólar representaba 1/35 de onza.
En su momento, esta interrelación dio al dólar una credibilidad inigualable, ya que Estados Unidos poseía entonces la mayor parte de las reservas mundiales de oro. El pacto dio estabilidad al comercio y la inversión mundiales durante unos 27 años, hasta que Estados Unidos abandonó la paridad del oro en 1971, colapsando el sistema post bélico.
Los fantasmas de Bretton Woods
Bretton Woods se derrumbó en 1971 cuando el déficit y la inflación de Estados Unidos agotaron las reservas de oro, haciendo insostenible la paridad de 35 dólares. El Presidente Richard Nixon puso fin entonces a la convertibilidad del dólar, obligando a las monedas a flotar libremente.
Una vez que las monedas empezaron a liberarse, los mercados de divisas o Forex se convirtieron en el escenario donde se fijaban sus valores. En lugar de que los gobiernos garantizaran tipos fijos, los comerciantes, los bancos y los bancos centrales ahora compran y venden divisas entre sí, con precios que pueden fluctuar en segundos.
Las políticas estadounidenses vuelven a influir en los hábitos de compra de oro de los bancos centrales, y es especialmente simbólico que el oro haya superado los 3.500 dólares la onza: un aumento de más del 10.000% desde los 35 dólares fijados en Bretton Woods.