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Aranceles de EE.UU.: el Tribunal Supremo podría frenar el arma comercial favorita de Trump

ARCHIVO - El presidente Donald Trump habla durante un acto para anunciar nuevos aranceles en el Jardín de las Rosas de la Casa Blanca, en Washington. 2 de abril de 2025
ARCHIVO - El presidente Donald Trump habla durante un acto para anunciar nuevos aranceles en el Jardín de las Rosas de la Casa Blanca, en Washington. 2 de abril de 2025 Derechos de autor  Mark Schiefelbein/Copyright 2025 The AP. All rights reserved.
Derechos de autor Mark Schiefelbein/Copyright 2025 The AP. All rights reserved.
Por AP with Doloresz Katanich
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El Tribunal Supremo de Estados Unidos examina esta semana si Donald Trump excedió los límites legales al utilizar los aranceles como instrumento de presión política y diplomática. La decisión podría recortar uno de los poderes más expansivos que el presidente ha empleado.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, considera los aranceles, o la amenaza de imponerlos, una poderosa herramienta para doblegar a las naciones a su voluntad. Los ha utilizado de una forma sin precedentes, y se han convertido no solo en un pilar de su agenda económica, sino también en la piedra angular de su política exterior durante su segundo mandato.

Trump ha esgrimido los impuestos a la importación como amenaza para lograr el alto el fuego de países en guerra. También los ha usado para intimidar a gobiernos y presionarlos a que refuercen el control sobre el paso de personas y drogas a través de sus fronteras. En el caso de Brasil, los empleó como instrumento de presión política después de que su sistema judicial procesara a un antiguo dirigente aliado suyo. En una reciente disputa con Canadá, el presidente incluso recurrió a los aranceles como castigo por un anuncio televisivo.

Esta semana, el Tribunal Supremo escuchará los argumentos sobre si Trump ha sobrepasado los límites de la ley federal con muchos de sus aranceles. Un fallo en su contra podría restringir o incluso eliminar esa influencia rápida y contundente en la que ha basado gran parte de su política exterior.

Trump ha mostrado creciente inquietud ante la inminente decisión en un caso que, según él, es uno de los más importantes de la historia de Estados Unidos. Ha afirmado que sería un "desastre" para el país si los jueces no revocan las sentencias de tribunales inferiores, que consideraron que fue demasiado lejos al invocar una ley de poderes de emergencia para imponer sus aranceles.

El mandatario había dicho que quería dar el inusual paso de asistir a los argumentos en persona, pero el domingo aseguró que lo había descartado, ya que no quería ser una distracción. "Tenía muchas ganas de ir, pero no quiero hacer nada que desvíe la importancia de esa decisión", dijo a los periodistas en el Air Force One.

Las sanciones forman parte de su autoridad, según el Departamento de Justicia

El Departamento de Justicia, en defensa de los aranceles, ha destacado el uso expansivo que Trump ha hecho de ellos, argumentando que las sanciones comerciales forman parte de su autoridad en materia de Asuntos Exteriores, un ámbito en el que los tribunales no deberían cuestionar al presidente.

A comienzos de este año, dos tribunales inferiores y la mayoría de los jueces del Tribunal de Apelaciones del Circuito Federal de EE.UU. determinaron que Trump no estaba facultado por la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA, por sus siglas en inglés) para establecer aranceles, un poder que la Constitución reserva al Congreso. Algunos jueces disidentes, sin embargo, consideraron que la ley de 1977 permite al presidente regular las importaciones durante emergencias sin limitaciones específicas.

Los tribunales han mantenido los aranceles en vigor mientras el Supremo analiza la cuestión. Entretanto, Trump ha continuado utilizándolos como herramienta de presión o castigo hacia otros países en asuntos tanto comerciales como no comerciales.

"El hecho es que el presidente Trump ha actuado legalmente al usar los poderes arancelarios que le otorgó el Congreso en la IEEPA para hacer frente a emergencias nacionales y salvaguardar nuestra seguridad nacional y nuestra economía", dijo el portavoz de la Casa Blanca, Kush Desai, en un comunicado. "Esperamos la victoria final en este asunto ante el Tribunal Supremo".

Aun así, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, aseguró que el equipo comercial de Trump está trabajando en planes de contingencia en caso de que el alto tribunal falle en contra de la Administración republicana.

"Sí, tenemos planes de respaldo", dijo Leavitt en 'Fox News'. "Pero en última instancia tenemos la esperanza de que el Tribunal Supremo falle del lado correcto de la ley y haga lo correcto para nuestro país. No se puede exagerar la importancia de este caso. El presidente debe tener la autoridad de emergencia para utilizar los aranceles".

Los aranceles como herramienta de presión

Los presidentes modernos han recurrido a sanciones financieras, como la congelación de activos o el bloqueo del comercio, y no a los aranceles, para alcanzar sus objetivos de política exterior y seguridad nacional, explicó Josh Lipsky, antiguo funcionario de la Casa Blanca y del Departamento de Estado bajo la Administración Obama, que actualmente ocupa la cátedra de economía internacional en el Atlantic Council.

Existen otras leyes que permiten a los presidentes imponer aranceles, pero exigen un proceso de meses para justificar las tarifas. Trump, al amparo de la IEEPA, actúa con mayor rapidez y contundencia. Firma órdenes ejecutivas que establecen nuevos aranceles y lanza mensajes en redes sociales amenazando con nuevos impuestos a la importación, como hizo a finales de octubre cuando se enfadó por un anuncio televisivo contra los aranceles emitido por la provincia de Ontario.

"Los presidentes han tratado típicamente los aranceles como un bisturí, no como un mazo", dijo Lipsky. Por el contrario, Trump ha convertido los aranceles en la columna vertebral de su agenda de seguridad nacional y de política exterior, añadió. "Todo está interconectado y los aranceles son el núcleo de todo ello", afirmó.

Por ejemplo, a comienzos de este año, Trump amenazó con imponer un arancel del 30% a las importaciones europeas, un importante aumento desde el 1,2% que regía antes de asumir el cargo. Buscando asegurar el apoyo de Trump a la alianza militar de la OTAN y a las garantías de seguridad para Ucrania en su guerra con Rusia, la Unión Europea acordó aceptar un arancel del 15%.

La Comisión Europea recibió críticas de empresas y Estados miembros por ceder demasiado. Pero Maros Sefcovic, comisario de Comercio, defendió que el pacto "no se refiere solo al comercio. Se trata de seguridad. Se trata de Ucrania".

Trump ha podido "utilizarlo en circunstancias específicas para conseguir mejores acuerdos, no solo comerciales, sino mejores acuerdos en general de los que podría conseguir de otra manera", señaló Lipsky. "Por otro lado, se diría que probablemente haya alguna reacción".

Un fallo que podría sacudir la geopolítica y las carteras

La contundencia arancelaria de Trump ha tensionado las relaciones con aliados y adversarios de Estados Unidos. Algunos países han respondido adoptando políticas más proteccionistas o estrechando vínculos con China, que busca proyectarse como promotora del libre comercio.

También hay efectos en el bolsillo de los consumidores. Algunas empresas han trasladado parte de los costes mediante aumentos de precios, mientras que otras han preferido esperar a ver cómo evolucionan los tipos arancelarios. Tradicionalmente, los aranceles se han empleado como instrumento para responder a prácticas comerciales desleales.

"Literalmente, no hay precedentes de la forma en que el presidente Trump los está utilizando", afirmó Emily Kilcrease, quien fue representante comercial adjunta de EE.UU. y trabajó en asuntos comerciales en el Consejo de Seguridad Nacional durante las administraciones de Obama, Trump y Biden.

"El uso de los aranceles de la forma en que los está utilizando el presidente Trump es como un ataque a gran escala a una economía como forma de incentivar a un gobierno extranjero a cambiar su postura", dijo Kilcrease, ahora directora del Center for a New American Security.

Aun así, Kilcrease señaló que el caso no está claro. Cree que hay "bastantes posibilidades" de que el Tribunal Supremo dé la razón a Trump, ya que la IEEPA otorga al presidente "amplios y flexibles poderes de emergencia". El caso llega ante un Tribunal Supremo que hasta ahora se ha mostrado reacio a frenar el uso amplio de los poderes ejecutivos por parte de Trump.

Si el tribunal limita su autoridad, los gobiernos extranjeros podrían verse tentados a renegociar los acuerdos comerciales recientemente alcanzados con la Administración Trump, señalaron los expertos. No obstante, también existen consideraciones políticas, ya que romper esos acuerdos podría afectar otras prioridades económicas o de política exterior.

La Administración podría intentar recurrir a otras leyes para justificar los aranceles, aunque ello implicaría un proceso más lento y burocrático, advirtió Kilcrease. "Desde luego, esto no elimina los aranceles de la mesa", dijo. "Sólo los hace un poco más lentos".

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