La campaña Make Amazon Pay, que cumple su sexto año, apunta a las prácticas laborales de Amazon, su influencia política, así como su impacto ambiental.
Mientras Amazon se prepara para uno de sus días de compras más importantes del año, miles de personas en todo el mundo se organizan para una ola de huelgas y protestas coordinadas en más de 30 países.
Sindicatos, trabajadores tecnológicos, organizaciones de derechos humanos y grupos ecologistas protestarán contra el gigante tecnológico entre Black Friday y Cyber Monday, dentro de la campaña 'Make Amazon Pay'.
El colectivo acusa a Amazon de alimentar la desigualdad, socavar derechos democráticos al financiar la investidura del presidente estadounidense Donald Trump y agravar el daño ambiental.
Amazon financió la investidura de Trump y obtuvo lo que buscaba, apoyo a las prácticas antisindicales, la desregulación y el retroceso de la protección ambiental.
Los organizadores señalan que las protestas de este año llegan en un momento en el que la influencia global de Amazon se profundiza, más allá del comercio minorista y hacia la logística, los servicios en la nube, la actividad policial, el control fronterizo y el lobby político.
"Amazon, Jeff Bezos y sus aliados políticos apuestan por un futuro tecnoautoritario, pero en esta jornada 'Make Amazon Pay' los trabajadores de todo el mundo dicen basta", dijo Christy Hoffman, secretaria general de UNI Global Union,un sindicato global de las industrias de servicios.
"Durante años, Amazon ha aplastado el derecho de los trabajadores a la democracia en el empleo mediante la persecución de los sindicatos y el respaldo de figuras políticas autoritarias. Su modelo está profundizando la desigualdad y socavando los derechos fundamentales de los trabajadores a organizarse, negociar colectivamente y exigir lugares de trabajo seguros y justos", añadió.
"Las tecnologías de Amazon están entretejidas en sistemas de violencia en todo el mundo"
David Adler, co-coordinador general de la organización política Progressive International, afirmó que Amazon se ha convertido en "un pilar de un nuevo orden autoritario construido sobre la vigilancia y la explotación".
"Desde las redadas del ICE hasta la represión de los palestinos, las tecnologías de Amazon están entretejidas en sistemas de violencia en todo el mundo. Pero 'Make Amazon Pay' demuestra que los trabajadores y las comunidades pueden plantar cara a este poder y construir en su lugar un futuro basado en la dignidad y la democracia".
Sobre el terreno, muchos trabajadores aseguran que las crecientes exigencias de productividad y las duras condiciones de la empresa les han llevado al límite.
En Manesar, India, la trabajadora de almacén Neha Singh describió las olas de calor del verano que convierten la instalación en "un horno".
"Durante las olas de calor, el almacén se siente como un horno, la gente se desmaya, pero los objetivos nunca se detienen", dijo en un comunicado.
"Aunque nos desmayáramos, no podíamos tomarnos un día libre e irnos a casa. Si tomábamos ese día libre, nos recortarían el salario, y si tomábamos tres días, nos despedirían. Amazon nos trata como desechables. Nos sumamos a 'Make Amazon Pay' para exigir los derechos más básicos, seguridad, dignidad y la posibilidad de volver a casa con vida".
El impacto de 'Big Tech' en el planeta
Los grupos ecologistas sostienen que el creciente peso político de la compañía plantea riesgos que van más allá del lugar de trabajo.
"La Amazon de Jeff Bezos es un ejemplo claro del impacto creciente y destructivo de 'Big Tech' sobre las personas y el planeta", dijo Sanna Ghotbi, responsable de campaña sénior en Greenpeace International.
"El movimiento 'Make Amazon Pay' está haciendo saber al mundo que Amazon está en el centro de la creciente alianza entre 'Big Tech' y regímenes represivos.
"Las empresas de 'Big Tech' controladas por multimillonarios como Amazon son un riesgo creciente para nuestros derechos, reprimen la disidencia y destrozan el planeta. ¡Es hora de resistir la intromisión de 'Big Tech' en nuestras vidas y de hacer que Amazon pague!"
Las protestas de este año alcanzarán casi todas las áreas del imperio global de Amazon.
En Alemania, personal de almacén de Amazon representado por el sindicato ver.di prepara paros. En todo Estados Unidos, activistas organizarán protestas en Cyber Monday dirigidas a los contratos de Amazon con el ICE, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, acusando a la compañía de alimentar los sistemas de vigilancia de la agencia.
En Europa, hay previstas protestas en Dinamarca, España, Grecia, Reino Unido, Polonia y Luxemburgo.
También se han programado acciones en Australia, Indonesia, Taiwán, Nepal, Palestina, Brasil, Colombia y Sudáfrica.
Además de las protestas presenciales, los organizadores coordinan una serie de acciones digitales y creativas para llamar la atención sobre la influencia política de Amazon, entre ellas proyecciones y eventos de solidaridad en línea.
Pagar a los trabajadores, pagar impuestos, pagar los daños
Los activistas sostienen que Amazon se ha convertido en una de las fuerzas corporativas centrales que moldean la vida política y económica, y señalan el apoyo financiero de la empresa a la investidura de Trump y los beneficios que obtuvo de los recientes recortes del impuesto de sociedades.
En su última declaración, Amazon informó de que pagó 1.400 millones de dólares (1.200 millones de euros) menos en impuestos que en el mismo periodo del año pasado.
Los organizadores advierten de que la rápida inversión de la compañía en automatización e inteligencia artificial amenaza con sustituir a cientos de miles de empleos, mientras que sus centros de datos, algunos de los mayores del mundo, consumen enormes cantidades de agua y energía.
La coalición 'Make Amazon Pay' exige que se pague de forma justa a los trabajadores, que la empresa pague impuestos y que asuma los costes del daño ambiental causado por su crecimiento.